La economía más grande del mundo confirmó que terminó el 2022 con debilidad, mientras el inicio del 2023 pinta un escenario de claroscuros.

De acuerdo con la última estimación de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de Estados Unidos, el Producto Interno Bruto (PIB) del país vecino del norte registró un crecimiento de 2.6% a tasa anualizada, con ajuste estacionario, en el cuarto trimestre del año pasado.

 

PIB EU 2022

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Dicho aumento fue menor a la variación de 3.2% en el tercer trimestre, marcando una tendencia de desaceleración y producto de un efecto rebote por las caídas de 0.6% en el segundo trimestre y de 1.6% en los primeros tres meses del 2022, es decir, después de una fase recesiva.

Sin embargo, llama la atención que todas las revisiones de la economía estadounidense fueron a la baja, manifestando pérdida de ritmo.

La primera estimación de crecimiento del PIB de la Unión Americana fue de 2.9%, la segunda de 2.7% y la tercera y última de 2.6%.

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Debido al colapso de SVB todas las miradas se centraron en los posibles efectos sobre el sistema bancario global y también sobre la actividad económica debido a los crecientes temores de que generará una recesión

revela Banorte.

Por sectores

El aumento del PIB derivó de incrementos en la inversión privada en inventario, el gasto del consumidor, la inversión fija no residencial, el gasto del gobierno federal y el gasto del gobierno estatal y local, que compensaron las caídas en la inversión fija residencial y las exportaciones.

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Resalta que el alza en la inversión privada en inventario fue producto de ascensos en manufactura (principalmente productos derivados del petróleo y el carbón), minería, servicios públicos y construcción.

Por su parte, la tendencia de desaceleración que trazó la economía de Estados Unidos en el cuarto trimestre del 2022 fue reflejo de la disminución en exportaciones y la pérdida de ritmo en consumo privado, inversión fija no residencial y gasto del gobierno estatal y local.

En tanto, repuntó la inversión privada en inventarios, fue menor la caída en la inversión fija residencial y aceleró el gasto del gobierno federal.

Señales desalentadoras

Para Banorte, es claro que el PIB crecerá a un ritmo sólido en los primeros tres meses del 2023, pero sí ve señales de una desaceleración a partir del segundo trimestre.

Señala que un menor dinamismo del empleo se reflejará en menor fortaleza del gasto de las familias.

El sector manufacturero ya da señales claras de menor resiliencia a pesar de las menores presiones en la cadena de suministros, lo que estimamos podría profundizarse en el segundo y tercer trimestre de 2023

indica el grupo financiero.