El Partido Liberal Democrático (PLD, derecha) de Japón eligió este miércoles por holgada mayoría al exministro de Exteriores Fumio Kishida como su nuevo líder, con lo que se convertirá en el nuevo primer ministro.
Kishida, un centrista de 64 años, obtuvo 257 votos en la segunda vuelta de esta elección interna del PLD, frente a los 170 de Taro Kono, de 58 años, al cargo de la campaña japonesa de vacunación contra el COVID-19.
El nuevo líder del PLD será confirmado como primer ministro en una votación en el Parlamento el 4 de octubre, y posteriormente dirigirá a su partido en las elecciones generales, que podrían celebrarse en noviembre.
Procedente de una familia política de Hiroshima, Kishida ha buscado la jefatura del gobierno japonés desde hace años, y en 2020 perdió la elección como líder del PLD ante el primer ministro saliente, Yoshihide Suga.
Suga deja el cargo después de solo un año en el poder, con bajos niveles de apoyo por el descontento con su respuesta a la pandemia del COVID-19.
De bajo perfil
Kishida buscó capitalizar el descontento popular con la respuesta de Suga a la pandemia, que llevó al gobernante a tener tasas de apoyo históricamente bajas.
Su estilo de bajo perfil ha sido señalado como falta de carisma, y sus ideas políticas sugieren más continuidad que cambio.
Sin embargo, eso le sirvió para obtener más apoyo entre la militancia del PLD, que lo prefirió a él antes que el estilo reformista y directo de Kono.
“Los poderes en el interior de Jinminto (PLD) optaron por diversos motivos que Kishida es una mejor apuesta por estabilidad, longevidad, etc. Ya han hecho esta apuesta antes”, comentó Brad Glosserman, consejero del Foro del Pacífico.
En su discurso de tras su victoria, Kishida se comprometió a adoptar medidas de alivio económico por miles de millones de dólares, una iniciativa de la que el PLD puede sacar rédito político con miras a las elecciones generales.
Se espera que el partido retenga su mayoría parlamentaria, aunque pierda algunos escaños por la desaprobación al manejo de la pandemia por parte del gobierno.
Pese a su fama de liberal, Kishida fue más reticente que su rival Kono a comprometerse con temas polémicos como la legalización del matrimonio igualitario o permitir que las parejas casadas tienen apellidos diferentes.
Al llegar al poder, se enfrentará a numerosos desafíos, desde manejar la recuperación económica después de la pandemia a contener las amenazas de seguridad desde Corea del Norte y China.