Argentina obtuvo el visto bueno del Fondo Monetario Internacional (FMI) y le fueron liberados 10,800 millones de dólares (mdd) correspondientes al tercer tramo del préstamo acordado con la entidad en junio pasado, y que ha obligado al país a aplicar duros e impopulares ajustes.

“Las políticas de las autoridades que sustentan el acuerdo respaldado por el FMI están dando fruto. El elevado déficit fiscal y en cuenta corriente -dos grandes vulnerabilidades que condujeron a la crisis financiera el año pasado- están disminuyendo”, celebró el organismo en un comunicado.

El gobierno del presidente Mauricio Macri acudió al FMI  en junio de 2018 en medio de una aguda depreciación de la moneda argentina, y obtuvo un préstamo total por unos 56,000 mdd. Incluyendo el desembolso de este viernes, Argentina ha recibido 38,900 mdd.

El FMI le otorgó los fondos a condición de lograr un equilibrio fiscal en 2019, para lo cual el gobierno aplicó un fuerte e impopular ajuste de la economía que llevó la pobreza a un nivel de 32% al cierre de 2018, sin lograr tampoco controlar la inflación, una de las más altas del mundo.

El FMI alabó que el gobierno argentino haya dado muestras de su “determinación de asegurar que la relación deuda pública/PIB se encuentre en una trayectoria sostenible, reduciendo el déficit primario de 2018 por debajo de la meta fijada en el programa”.

‘La inflación sigue siendo elevada’

El FMI reconoció la recesión que atraviesa el país, con una contracción del PIB de 2.6% en 2018, pero expresó que “hay indicios de que ha tocado fondo” y que se espera “una recuperación gradual en los próximos trimestres”.

Sin embargo, la tenaz inflación, que cerró 2018 con una subida de los precios del consumidor de 47.6% le valió una llamada de atención.

“La inflación sigue siendo elevada; las expectativas inflacionarias están aumentando y la inercia inflacionaria resulta difícil de quebrar”, advirtió la entidad.

En el primer bimestre de este año acumula ya 6.8% y pese a que aún no se publica el dato de marzo, analistas estiman que el alza de los precios estará cerca del 4%, más de lo que países vecinos como Chile tienen en todo un año.

Paralelamente, el peso argentino se depreció 51% en 2018 y en lo que va de 2019 más de 11%.

Macri cuenta con que el desembolso del FMI y la venta de la cosecha de granos, el primer producto de exportación de Argentina, calmen el ambiente cambiario, cuando se acercan las elecciones presidenciales del 27 de octubre.  

En un momento en que la pobreza toca sus cotas más altas desde la recesión de 2001, el fondo recordó que “proteger a los más vulnerables del impacto de la recesión y de la elevada inflación sigue siendo una prioridad crítica”.

Con información de AFP