Dos exdirectivos de la filial de Ford en Argentina fueron condenados este martes a prisión en un caso por delitos de lesa humanidad -que no prescriben- contra obreros de la compañía durante la dictadura militar que gobernó al país entre 1976 y 1983.

Se trata del primer juicio en Argentina contra exdirectivos de una multinacional por delitos vinculados con la dictadura.

Este juicio penal, en el que el exjefe de seguridad de Ford, Héctor Sibilla, fue condenado a 12 años de cárcel y el exgerente de manufactura de la automotriz, Pedro Müeller, a 10, se limita a determinar la responsabilidad de los acusados y no involucra a la empresa.

De acuerdo con un comunicado del oficial Centro de Información Judicial argentino (CIJ), a los acusados se les imputó haber facilitado a personal militar datos personales, fotografías y los domicilios particulares de los trabajadores secuestrados.

“Así también se les endilga, el haber permitido que se montara un centro de detención en el interior del predio de esa fábrica (…) para que en sus dependientes fueran interrogados. Allí fueron, golpeados, maniatados, tapándoseles sus rostros para que no pudieran observar lo que ocurría”, agregó el CIJ.

El tribunal fijó para el próximo 15 de marzo la audiencia en la que se darán los fundamentos de la sentencia. Aunque no se ha publicado, los abogados piensan que la pena a Sibilla fue más elevada porque se demostró que presenció una sesión de torturas.

Sibilla, de 91 años de edad, y Müller, de 86, estuvieron presentes en la audiencia. Tras la lectura del fallo, salieron inmediatamente del tribunal, acompañados por sus abogados, sin hacer declaraciones.

Por ahora tienen régimen de presentación mensual ante la justicia y prohibición de salida del país, pero deberán cumplir la condena en la cárcel una vez que quede firme, aclaró el fallo, que fue recibido con aplausos y llantos por parte de sobrevivientes y familiares, que se fundieron en abrazos.

Ford, el próximo paso

“Es una reivindicación del movimiento obrero argentino que fue un objetivo principal de la dictadura con complicidad de las empresas. Este juicio viene a comprobar que eso fue lo que ocurrió”, declaró el abogado de las víctimas, Tomás Ojea, quien había pedido condenas de 25 años.

El próximo paso va a ser contra la empresa, para que rinda cuentas y dé explicaciones, afirmó.

“Está claro que Ford Motor Company tenía el control de la filial argentina durante los 70. Por lo tanto, hay una responsabilidad directa de Ford Motor Company y eso podría darnos la posibilidad de llevar el caso a las cortes de Estados Unidos”, sostuvo.

La automotriz declaró el martes a través de un correo electrónico que “Ford Argentina no es parte en el caso, pero está en conocimiento del veredicto” y que la empresa “ha tenido siempre una actitud abierta y colaborativa con las autoridades judiciales proveyendo toda la información disponible que fue requerida para clarificar la situación”.

Justicia esperada

“Llegamos. Si no hubiese sido por la voluntad y el apoyo de la gente, no habríamos llegado. Pero el tema de los derechos humanos está bien implantado (en Argentina), ya no se discute”, declaró Pedro Troiani, una de las víctimas.

“Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”, cantaron los asistentes como una explosión tras escuchar el veredicto presenciado por casi un centenar de personas, mientras otras tantas se agolpaban en una sala contigua para seguir la sentencia a través de un televisor.

En el mismo fallo, también fue condenado a 15 años de prisión el exgeneral Santiago Riveros, quien dirigió el centro de detención clandestino Campo de Mayo, al norte de Buenos Aires, cerca de la sede de la fábrica.

El caso Ford

En 1976, cuando se produjo el golpe de Estado que desalojó de la presidencia a María Estela Martínez de Perón, trabajaban en la planta de Ford unos 5,000 obreros y 2,500 empleados administrativos.

En total había 100 delegados gremiales, de los cuales 24 fueron tomados cautivos, muchas veces en sus mismos puestos de trabajo y con listas elaboradas por la empresa, en represalia por su activismo sindical, según la acusación.

Además, varios fueron torturados en la propia planta, ubicada en la localidad General Pacheco, en la periferia norte de Buenos Aires, antes de ser trasladados a centros clandestinos de detención, según los testimonios de las víctimas.

Aunque todos sobrevivieron a la dictadura, al cabo de más de 40 años solo siguen vivos 13 de esos delegados.

El exgerente de relaciones laborales, Guillermo Galarraga, llegó a estar procesado, pero falleció en 2016 sin que hubiese comenzado el juicio. El expresidente de Ford en Argentina, Nicolás Courad, murió en 1989, mucho antes de que iniciara cualquier diligencia judicial.

Casos similares han sido denunciados en otras compañías, como Mercedes Benz, Renault y Fiat, pero hasta ahora solo el juicio contra los exejecutivos de Ford ha podido llevarse a cabo.

Con información de AFP y Reuters