México, que importa casi todo el gas natural que quema, se ha propuesto una misión un tanto sorprendente: convertirse rápidamente en uno de los principales exportadores del mundo de este combustible.

Aunque las exportaciones de gas natural de México son hoy inexistentes, ya que produce muy poco de este combustible para abastecer incluso sus propias necesidades, la proximidad geográfica del país a las crecientes reservas de Estados Unidos lo sitúa en una buena posición para suministrar gas estadounidense a los “hambrientos compradores” de Europa y Asia. 

Teniendo en cuenta el esquisto estadounidense, se han propuesto un total de ocho proyectos de exportación de gas natural licuado al sur de la frontera, con una capacidad anual combinada de 50.2 millones de toneladas. 

El objetivo es que algunas de las operaciones puedan entrar en funcionamiento el próximo año. 

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Si se completan todos, México se uniría a un club muy pequeño de países que envían al extranjero el combustible súper refrigerado -comúnmente llamado GNL-, situándose en el puesto número 4, sólo por detrás de Estados Unidos, Australia y Qatar. 

Y, a diferencia de esos otros tres pesos pesados de la exportación, México enviaría principalmente el gas que importó en primer lugar.

Grandes planes ante alta demanda

Los grandes planes de México para entrar en el mercado de la exportación llegan en un momento en que la demanda de gas natural se está disparando en todo el mundo. 

El gas ya estaba ganando popularidad frente a los combustibles fósiles más sucios, como el carbón, debido a su huella de carbono comparativamente menor, cuando el conflicto entre Rusia y Ucrania impulsó la demanda a un nivel completamente nuevo.

Cuarenta mercados importaron GNL el año pasado, casi el doble que hace una década, según el Grupo Internacional de Importadores de Gas Natural Licuado, y el mundo se ha apresurado a aumentar la capacidad de importación y exportación en los meses posteriores. 

Asia ha sido el destino de casi la mitad de los cargamentos de GNL de Estados Unidos en los últimos dos años, aunque los esfuerzos de Europa por diversificarse lejos de Moscú hacen que los compradores de todas las regiones compitan por un suministro limitado del combustible.

México está listo para convertirse en un exportador de gas natural producido en Estados Unidos y esto es impulsado principalmente por la dinámica del mercado que está teniendo lugar a nivel mundial -especialmente los de Asia- y no precisamente debido a las políticas del país

dijo Adrian Duhalt, académico del Centro para Estados Unidos y México del Instituto Baker en la Universidad Rice.

Con información de Bloomberg

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