El crecimiento de la economía mundial promediará poco menos del 3% anual durante 2075, por debajo del 3.6% en la década anterior a la crisis financiera, y después seguirá una senda decreciente gradual, lo que refleja una desaceleración del crecimiento de la fuerza laboral, según Goldman Sachs.

Los economistas de la firma financiera han intentado predecir el camino de la economía mundial hasta 2075. 

Dos décadas después de que esbozaran las famosas proyecciones de crecimiento a largo plazo para las llamadas economías BRIC, Goldman Sachs, dirigido por Jan Hatzius, amplió sus proyecciones para abarcar 104 países durante el próximo medio siglo.

Dentro de los resultados, los economistas determinaron que los mercados emergentes seguirán convergiendo con las naciones industrializadas, ya que China, Estados Unidos, India, Indonesia y Alemania encabezan la clasificación de las economías más grandes cuando se mide en dólares. 

Por su parte, Nigeria, Pakistán y Egipto también podrían estar entre los más grandes.

El banco estadounidense también puntualizó que es poco probable que Estados Unidos repita su rendimiento relativamente fuerte de la última década, mientras que la solidez ‘excepcional’ del dólar también se desvanecerá en el próximo medio siglo.

Si bien la desigualdad de ingresos entre países ha disminuido, seguirá aumentando dentro de ellos

apuntaron los economistas.

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Riesgos para 2075, según economistas

Los economistas de Goldman Sachs, Kevin Daly y Tadas Gedminas, vieron el proteccionismo y el cambio climático como riesgos “particularmente importantes” tanto para el crecimiento como para la convergencia de los ingresos. 

Nuestras proyecciones implican que hemos superado el punto más alto del crecimiento potencial mundial

escribieron los economistas en una nota citada por Bloomberg. 

La mayor parte de esta desaceleración proyectada se debe a la demografía. El crecimiento de la población mundial se ha reducido a la mitad en los últimos 50 años, agregaron.

También precisaron que un crecimiento demográfico más lento es “un buen problema” porque implica menos presión sobre el medio ambiente. Sin embargo, presentará una serie de desafíos económicos, como la forma en que las naciones pagarán los crecientes costos de salud de sus poblaciones que envejecen.

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Con información de Bloomberg