El gobierno federal estudia nuevas medidas para ayudar a Pemex a salir del deterioro financiero y de producción en el que se encuentra.

Hay una intención del gobierno federal de lograr cambio estructural en Pemex, pero no se puede corregir en un año; es un problema que ha venido generando desde hace varios años

dijo Alejandro Gaytán González, titular de la Unidad de Planeación Económica, al presentar el informe de finanzas públicas del cuatro trimestre del 2018.

El martes, Fitch Ratings recortó la calificación crediticia de Pemex a ‘BBB-’ desde ‘BBB+’, con lo que ahora está en el último grado de inversión considerado por los participantes del mercado. La baja en la calificación respondió al continuo deterioro del perfil crediticio de la Empresa Productiva del Estado.

“Se trabaja en la perspectiva de largo plazo”, comentó Gaytán. Pemex ha servido para financiar buena parte del gasto, ahora se trabaja en cómo se puede revertir esta realidad y así reducir el riesgo de las finanzas de Pemex y del país, agregó.

Gaytán, al igual que Arturo Herrera, subsecretario de Hacienda, dijo que se ha apoyado desde el inicio de esta administración a la petrolera.

El lunes, Hacienda anunció un plan de estímulos fiscales para la petrolera. Una parte de los recursos provienen de incrementos al límite para la deducción de costos relacionados con proyectos para la exploración y producción; con esto, se liberarían 11,000 millones de pesos al año y al final del sexenio se llegará a los 66,000 millones de pesos, recursos que tendrán que destinarse exclusivamente a exploración y producción.

Otros 25,000 millones se recaudaron del Presupuesto -Ramo 18- para que el gobierno realice una aportación patrimonial a la empresa productiva del Estado que le permita fortalecer su posición financiera.

Francisco Arias Vázquez, titular de la Unidad de Política de Ingresos Tributarios, dijo que existe el compromiso de Hacienda –como parte del Consejo de Administración de Pemex-, junto con los consejeros independientes, para retomar la trayectoria de eficiencia de la empresa mexicana.

La baja en la calificación Pemex impactó en los bonos de la empresa. El bono, con vencimiento en 2027, llegó a caer hasta los 94 dólares por título, mientras que el rendimiento tocó un máximo desde el 15 de enero, al ubicarse en 7.23%

El rendimiento que paga un bono es un indicador de qué tan riesgoso luce el instrumento. Mientras más riesgo se perciba, el premio que paga deberá ser mayor para seguir siendo atractivo ante el inversionista.

La presión que vive Pemex se muestra en la incapacidad para generar inversiones necesarias y se ha notado en su caída de producción, dijo Gaytán. Pemex pasó de producir 3.4 millones de barriles diarios 1.8 millones.

En la parte internacional, Alejandro Gaytán, destacó tres puntos:

  • Pese a que la economía global muestra signos de desaceleración, ésta sigue creciendo y no se ha caído en recesión.
  • Los altos niveles de endeudamiento harán difícil aplicar estímulos
  • Las condiciones financiera internacionales se encuentran más restrictivas que hace unos años.

La desaceleración económica abre la posibilidad de que el alza de tasas sea más lento de lo esperado; ayer la Reserva Federal mencionó y dejó su tasa sin cambios, aunque destacó su preocupación respecto a la situación global.