Los principales indicadores de la economía mexicana mostraron resultados mixtos durante febrero pasado, aunque mandaron señales desalentadoras para el futuro.

De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Indicador mensual del consumo privado en el mercado interior cayó 0.36% en el segundo mes del 2023, respecto a enero previo.

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Esta disminución del indicador que representa más de 60% del PIB nacional, se dio tras dos meses con incrementos consecutivos.

Es posible que el consumo privado siga soportado en el corto plazo por el bajo desempleo, pero prevemos que se enfríe con más claridad en el segundo semestre del 2023

advierte Ve por Más (Bx+).

Los factores

Uno de los factores de enfriamiento, añade, es la expectativa de una desaceleración económica más adelante en el año que afectaría el dinamismo en el mercado laboral y la confianza de los consumidores.

Además, la inflación se desacelerará, pero seguirá elevada, erosionando el poder de compra de las familias.

Bx+ agrega que el alto costo de los créditos tiende a afectar principalmente las decisiones de gasto en bienes duraderos.

Mientras otro factor que mermará al consumo será una potencial recesión, aunque breve y poco profunda, en Estados Unidos, se traduciría en un menor crecimiento de las remesas.

Inversión crece 

En tanto, la inversión fija bruta, que mide el comportamiento del capital en el corto plazo, creció 1.94% a tasa mensual durante febrero de este año.

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Dicho aumento se dio tras una caída de 0.20% en enero, por lo que el alza estuvo influenciada por una baja base de comparación, es decir, un efecto rebote.

La debilidad en la inversión se atribuye principalmente a las políticas económicas del Gobierno Federal que han desalentado la inversión privada en el país

asegura Grupo Financiero Base.

Clima adverso

Algunos de los factores que han afectado negativamente a la confianza de los inversionistas se refieren al clima de inestabilidad jurídica, la cancelación de proyectos de inversión y la falta de respeto a los contratos.

Lo anterior, según Base, ha llevado a que México tenga el peor desempeño en inversión fija, entre las principales economías de América Latina, cuya relevancia radica en que el crecimiento económico del largo plazo depende directamente del crecimiento actual de la inversión fija.

Si la tendencia en el desempeño de la inversión fija continúa, México no podrá tener crecimientos encima del 2% de manera sostenida en el futuro, pues estará muy limitada la capacidad de producción, asevera el grupo financiero.

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