El 30 de noviembre es la fecha límite para que la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México y la Secretaría de Gobernación para considerar una actualización a las tarifas del transporte público concesionado.

Los miembros del Frente Amplio de Transportistas (FAT) se reunieron el 20 de noviembre con autoridades de la Ciudad de México para discutir la actualización, la respuesta que obtuvieron fue que se tomarían 10 días para evaluarlo, según dijo a EL CEO Nicolás Vázquez Figueroa, vocero de la organización.

De acuerdo con su información, existe un rezago en la tarifa de transporte público en la CDMX  dado que no se actualiza año con año, sino en promedio cada cinco, aunque no a los niveles del incremento del combustible.

La última actualización se autorizó durante 2017, aún bajo la administración de Miguel Ángel Mancera y en 2019 realizaron una nueva solicitud que fue rechazada.

La decisión de mantener en el mismo nivel la tarifa de manera artificial es, en opinión de Vázquez Figueroa, una decisión de carácter electoral “una tarifa alta es una situación negativa para la imagen de la Ciudad, lo que cobra relevancia en época de votaciones” comentó en entrevista.

Sin embargo, es lo que ha frenado las ganancias de los concesionarios y con ello la posibilidad de reemplazar las unidades existentes, de las cuales alrededor de 12,000 ya han cumplido su vida útil y cuya modernización ha sido uno de los objetivos de la actual administración.

Desde febrero de este año inició un proceso de regularización de las unidades en circulación, hasta el mes de julio, de acuerdo con la información del Segundo Reporte Anual de la SEMOVI se han registrado más de 15,000 vehículos de 100 de las 103 rutas existentes.

Para luego dar paso a la chatarrización de las unidades más antiguas, es decir con más de 30 años de operación. De acuerdo con el documento se han retirado 288 microbuses obsoletos y se prevé retirar 90 extras.

La dependencia es consciente de las exigencias de los concesionarios, aunque ha optado por subsidiar este medio de transporte, del mismo modo que al metro y metrobús.

A inicios de año consiguieron que el gobierno de la ciudad dispersara bonos para el combustible “para fomentar la participación en el programa de Regularización, así como apoyar a la ciudadanía previniendo un aumento tarifario debido a los aumentos en los costos de operación, la Semovi creó el programa de Bonos de Combustible, en el que pueden participar los concesionarios que se hayan registrado en el proceso de Regularización” indicó la SEMOVI.

El bono es un pago durante cinco meses de 4,000 pesos para rutas y de 6,000 para corredores, es decir los vehículos que prestan servicio en avenidas principales.

Aunque ayuda, no es suficiente, dijo Vázquez Figueroa, pues la situación económica de los operadores se ha agravado por la disminución de movilidad durante la pandemia.

De acuerdo con cifras de la Ciudad de México este sistema de transporte es el de mayor uso, pues traslada a 7.2 millones de personas al día, es decir supera al metro que registra alrededor de cinco millones de personas.

Sin embargo, tras el confinamiento en algunas rutas la demanda ha decrecido hasta el 60% principalmente en las zonas cercanas a escuelas o centros corporativos.

La demanda es incrementar dos pesos la tarifa, lo cual según indican no termina de compensar el rezago, aunque les permitiría mejorar sus ingresos a los alrededor de 27,000 trabajadores.

Sin embargo para los usuarios del servicio el incremento representaría un golpe a sus ingresos.

De acuerdo con cifras del INEGI, el transporte es el segundo gasto más importante en los hogares, después de lo que se destina a alimentación y bebidas. A nivel nacional de manera trimestral el monto asciende a 6,639 pesos, mientras que en la CDMX es de 8,391 pesos pese a que cuenta con las tarifas más bajas a nivel nacional.