La pandemia del coronavirus ha provocado una reducción drástica en la demanda de petróleo y gas en el mundo, debido a que millones de personas están en confinamiento. 

El pronóstico más reciente para la demanda mundial es una disminución del 10.8% para 2020, es decir, 10.7 millones de barriles por día (bpd) año tras año, de acuerdo con proyecciones de la firma de investigación Rystad Energy 

Nuestras estimaciones muestran que la demanda total de petróleo en 2019 fue de aproximadamente 99.5 millones de bpd, que ahora se proyecta que caerá a 88.8 millones de bpd en 2020

 según el informe semanal de Rystad Energy 

Se espera que la demanda de mayo caiga un 21.1% a 77.9 millones de bpd. La demanda de junio se pronostica en 84,5 millones de bpd, un 14% menos.

Si bien las perspectivas a corto plazo para la industria del petróleo y el gas no son tan favorables, las asociaciones con grandes tecnológicas como Microsoft, Google y Amazon pueden brindarles herramientas para recuperarse de la recesión, según  el informe Oil in the Cloud realizado por la organización ambiental Greenpeace. 

El software de cómputo en la nube y de inteligencia artificial que poseen estas tres grandes tecnológicas, ayuda al descubrimiento, extracción, distribución, refinación y comercialización de petróleo y gas. 

Estas tres empresas, las principales en el mercado de cómputo en la nube a nivel mundial, se están asociando con compañías petroleras para usar tecnologías de inteligencia artificial para desbloquear depósitos de petróleo y gas en los Estados Unidos y alrededor del mundo.

Cada una de las tres principales empresas de nube tiene contratos de computación en la nube con la industria del petróleo y el gas que ayudan específicamente en la exploración o producción de petróleo, y algunas están comercializando activamente sus servicios en busca de más negocios, de acuerdo con la investigación de Greenpeace.

Microsoft, con más contratos

Aunque, Microsoft es la tecnológica con mayor número de contratos detectados por la ONG. En el informe aparecen seis contratos para prestar su tecnología en la nube Azure a compañías como ExxonMobil y VolgaGas.

El año pasado, Microsoft dijo en su blog que sus tecnologías podrían apoyar el crecimiento de la producción de Permian en “hasta 50,000 barriles equivalentes de petróleo por día en el año 2025”. 

Amazon, tiene un sitio web dedicado a atraer negocios de petróleo y gas, prometiendo “acelerar la transformación digital, desatar la innovación para optimizar la producción y la rentabilidad, y mejorar los costos”.

Desde entonces, el sitio ha sido diseñado para atender (y redirigir) al sector energético más apetecible. Aunque, la mayoría de los recursos y estudios de caso todavía apuntan al petróleo y al gas.

A partir de abril de 2020, aws.amazon.com/oil-and-gas/ redirige a aws.amazon.com/energy.

Amazon también emitió una política sobre sus contratos con petróleo y gas, declarando que proporcionará servicios en la nube a la industria energética para ayudarlos a acelerar el desarrollo de su negocio de energía renovable. 

Sin embargo, el informe de Greenpeace muestra que su política no se alinea con la naturaleza de muchos de los contratos. Hasta ahora, Amazon Web Services (AWS) parece tener solo un ejemplo en el que sus capacidades están haciendo avanzar la energía renovable

Mientras que Google, en comparación con Microsoft y Amazon, parecer haber reducido su búsqueda activa de negocios de petróleo y gas. Recientemente eliminó los estudios de caso de petróleo y gas de su sitio web. 

Además, tras la publicación del informe de Greenpeace, Google dijo que no desarrollarán más tecnología que beneficie a la industria de petróleo y gas. 

“No crearemos algoritmos AI/ML personalizados para facilitar la extracción aguas arriba en la industria del petróleo y el gas”, dijo un portavoz de Google en un comunicado proporcionado a OneZero. 

Pese a su anuncio, Greenpeace considera necesario que de cuenta de su participación actual con las compañías de petróleo y gas. Así como comprometerse públicamente a liquidar los contratos que aún mantienen. 

Se contradicen 

Los contratos establecidos entre tecnológicas y la industria petrolera y de gas  trabajan directamente contra los compromisos asumidos por las compañías para reducir las emisiones de carbono. 

Por ejemplo, en septiembre de 2019, en respuesta a la creciente presión de los empleados y la protesta pública, el CEO de Amazon, Jeff Bezos, presentó un nuevo “Compromiso climático” corporativo.

Con esta promesa, Amazon estableció una meta para alcanzar el 100% de energía renovable para 2030 y convertirse en carbono neutral para 2040. Luego, en febrero, Bezos anunció un fondo de  10, 000 millones de dólares para abordar el cambio climático, pero compartió pocos detalles sobre los tipos de proyectos que financiará.

Mientras que Microsoft dijo, a principios de año, que para 2030 se convertirá en carbono negativo y para 2050 eliminará del medio ambiente todo el carbono que la compañía ha emitido directamente o por consumo eléctrico desde su fundación en 1975.

Desafortunadamente, hay una brecha en la ecuación matemática de carbono de Microsoft: su apoyo continuo a la industria de los combustibles fósiles

según el informe de Greenpeace

De las tres compañías, Google ha sido uno de los compradores corporativos más activos de energía renovable en el mundo, con proyectos que ahora suman más de 5.5 GW de capacidad de energía renovable.