El lanzamiento de SpaceX y la NASA previsto para este miércoles fue aplazado debido a las malas condiciones del clima en Florida, Estados Unidos.

Ahora, se tiene programado que el próximo sábado a las 14:22 (hora de la Ciudad de México) se lleve a cabo el viaje tripulado por los astronautas Doug Hurley y Bob Behnken en un viaje de 19 horas hasta la Estación Espacial Internacional (EEI).

Los astronautas ya estaban a bordo de la cápsula Crew Dragon, ubicada en la misma plataforma de lanzamiento, la 39A, utilizada por Neil Armstrong y sus compañeros de la misión Apolo 11.

El jefe de la NASA, Jim Bridenstine, considera a esta misión como la máxima prioridad de la agencia espacial. Es esencial reanudar este tipo de vuelos con “astronautas estadounidenses a bordo de cohetes estadounidenses desde suelo estadounidense”, dijo.

Para Musk, el lanzamiento representa otro hito para los cohetes reutilizables de su compañía, que fueron pioneros en lograr que los vuelos espaciales fueran menos costosos y frecuentes. 

También será la primera vez que se realizan vuelos espaciales con vehículos desarrollados para fines comerciales y operados por una entidad privada, en lugar de por la NASA, que históricamente se había hecho cargo de todo el procedimiento para llevar estadounidenses a la órbita.

SpaceX, un paso adelante de Boeing

SpaceX, fundada en 2002 con la determinación de cambiar las reglas del juego de la industria aeroespacial, se ganó poco a poco la confianza de la agencia espacial más grande del mundo. 

En 2012 se convirtió en la primera empresa privada en realizar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Dragon para poder transportar astronautas.

Si sale mal, será mi culpa,

dijo Elon Musk a la cadena de televisión CBS.

La agencia espacial ha pagado más de 3,000 millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta.

El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no está lista.

La inversión, decidida durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el envío de astronautas al espacio, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA. 

“Algunos han dicho que es inviable o imprudente trabajar con el sector privado de esta manera. No estoy de acuerdo”, dijo Obama en 2010. La decisión del expresidente se encontró con la hostilidad del Congreso y de la NASA.

La presencia de Trump y el adiós a las naves rusas

Donald Trump y Mike Pence asistieron al centro Kennedy a ser testigos del lanzamiento, al tiempo que el presidente trata de reafirmar el dominio estadounidense del espacio y ha ordenado el regreso a la Luna en 2024.

La Crew Dragon es una cápsula como la Apolo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks (palancas). El interior está dominado por el blanco con una iluminación más sutil, nada que ver con los enormes transbordadores que funcionaron entre 1981 y 2011.

 

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el vicepresidente, Mike Pence, y la primera dama, Melania Trump acudieron al Kennedy Space Center en Florida para presenciar el evento (Foto: AFP)

 

“¡Seguro que todos los pilotos del mundo tendrán más confianza si les das un joystick que si les das un iPad!”, bromeó Thomas Pesquet, el astronauta francés que podría ser el primer europeo en viajar a bordo de la Dragon en 2021.   

La Crew Dragon debe llegar a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre la Tierra, donde probablemente permanecerá acoplada hasta agosto.

Si cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio, como ha ocurrido desde 2011, pues las Soyuz rusas son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido, despegando del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán.

Las rutas desde Florida volverán a ser regulares, con cuatro astronautas a bordo.

Y SpaceX será libre de organizar viajes espaciales para turistas con la cápsula, por un boleto que probablemente costará decenas de millones de dólares.

Con información de AFP y Reuters