Los contagios y muertes por coronavirus en Nuevo León crecieron alrededor de 70% en los últimos 10 días, pero los planes para la reactivación en el estado continúan y contemplan extenderse incluso a las actividades recreativas.
El estado gobernado por Jaime Rodríguez Calderón registró el domingo pasado 130 nuevas confirmaciones de COVID-19. La cifra es la segunda más alta en un día en la entidad desde el inicio de la pandemia, según Manuel de la O. Cavazos, secretario de Salud local.
Entre el 15 y 25 de mayo, los contagios en Nuevo León pasaron de 1,289 a 2,166, mientras las muertes relacionadas con la enfermedad crecieron de 48 a 82.
Pese a que De la O. Cavazos advirtió que este repunte corresponde al relajamiento de las medidas de confinamiento, algunos municipios comenzaron el lunes con la primera etapa del programa Reactivación Segura.
Esta medida implica un alto riesgo de aumento en la incidencia de la enfermedad en la entidad, debido al desfase que existe entre el contagio y la confirmación del virus, dice Daniel Pérez, infectólogo del Centro Médico La Raza.
“Hay un desfase de dos semanas que puede ocasionar un aumento exponencial en el número de casos y muertes debido a las congregaciones de gente que implica el regreso a las actividades productivas”, detalla Pérez.
El transporte público, los centros de trabajo multitudinarios y los lugares de concentración social como parques o restaurantes son focos de contagio que pueden expandir la epidemia por todo el estado, dice el experto.
Camino a la nueva normalidad
El plan de Nuevo León contempla el regreso gradual a las actividades en tres fases previas hasta conseguir la llamada nueva normalidad. Para la fase 1 se contempla la reintegración de 2.3 millones de trabajadores.
La etapa 2 incluirá a 2.4 millones de personas productivas más; la 3 a 2.5 millones; y finalmente, la nueva normalidad incluiría a 3 millones de estudiantes de regreso a clases.
Monterrey, principal centro financiero del estado, fue la primera demarcación en lanzar su proyecto para el restablecimiento de las actividades laborales y comerciales, aunque dicho municipio aglomera casi un cuarto de los casos totales en Nuevo León.
Desde el 14 de mayo, el gobierno municipal permitió la reapertura de restaurantes y comercios considerados no esenciales en la zona comercial de Monterrey, laborando al 50% de su capacidad. Lo mismo sucede en el sector de la construcción.
En cuanto a la industria automotriz, se contempla la reactivación de 30,000 puestos de trabajo a partir del 1 de junio. Dicho sector emplea a cerca de 90,000 personas, según el clúster estatal.
San Pedro Garza García, ciudad colindante con Monterrey, permitió la reapertura este lunes de 122 de los 800 restaurantes que tiene registrados. Además, el gobierno municipal anunció la reapertura del Parque Ecológico Chipinque también el 1 de junio.
El alcalde Miguel Treviño informó adelantó que la reactivación programada para iniciar el lunes incluye el uso recreativo de todos los parques y calzadas.
Malos antecedentes
Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud dijo el domingo que en ciudades como Monterrey y Guadalajara la curva de contagios podría alargarse hasta septiembre.
“Las curvas epidémicas de distintas ciudades y estados se van a estar presentando durante junio y julio, (…) quizás algunas hasta septiembre, sobre todo las dos mayores ciudades después de la CDMX que todavía no tienen una transmisión tan activa: Guadalajara y Monterrey”, aseguró López-Gatell.
El diagnóstico del funcionario encargado de la estrategia nacional contra la pandemia indica que las medidas de reactivación en Nuevo León pueden resultar precipitadas, dice Carlos Torres Viera, epidemiólogo de la Universidad de Florida en Estados Unidos.
“El escenario es incierto para cualquier ciudad en donde no se muestre alguna evidencia de una desaceleración o un freno total de los contagios. Nos hace pensar que la estrategia no está debidamente fundamentada en cuestiones médicas”, opina el experto.
El escenario previsible es un repunte de contagios en la entidad y un freno a la recuperación de las actividades como ha pasado en otros países, sentencia Torres Viera en videoconferencia.
En Corea del Sur, el Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades Infecciosas reportó un brote de 34 contagios a principios de mayo que ocasionó un nuevo cierre de bares y restaurantes en Seúl.
La semana pasada tres ciudades de la costa atlántica francesa volvieron a cerrar sus playas solo unos días después de su reapertura, debido a que la gente no respetó el distanciamiento físico.