El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene previsto felicitar al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, la próxima semana por su victoria, una vez que esta sea certificada, dijeron tres funcionarios a Reuters, tras semanas de espera que han molestado a los aliados del líder estadounidense entrante.
López Obrador figura entre un puñado de líderes mundiales que aún no ha reconocido el triunfo electoral de Biden sobre el republicano Donald Trump, incluidos Vladimir Putin de Rusia y Jair Bolsonaro de Brasil.
AMLO tiene como objetivo enviar a Biden sus felicitaciones el día después de que el Colegio Electoral de Estados Unidos vote el 14 de diciembre para certificar la elección, dijeron fuentes gubernamentales.
Históricamente, la votación ha sido una formalidad. Este año adquirió una importancia más amplia, después de que Trump y sus abogados han tratado de anular la victoria de Biden con afirmaciones infundadas de fraude electoral.
Los jueces desestimaron tales acusaciones una y otra vez debido a la falta de pruebas.
Biden, el exvicepresidente demócrata y senador desde hace mucho tiempo, será instalado formalmente como presidente el 20 de enero.
Roberto Velasco, director general para América del Norte, viajó la semana pasada a Washington donde sostuvo reuniones destinadas a avanzar con los aliados demócratas de Biden, según otras dos fuentes con conocimiento de la visita.
Velasco no mantuvo reuniones formales con los funcionarios de transición de Biden, dijo una de las fuentes. Un asesor demócrata del Congreso confirmó que se había reunido con el diplomático mexicano.
A pregunta de algunos reporteros y corresponsales: me encuentro en Washington, DC para una serie de encuentros con nuestra Embajada, así como para atender solicitudes dirigidas al secretario @m_ebrard. Informaré puntualmente de los resultados al concluir la visita.
— Roberto Velasco Álvarez (@r_velascoa) December 1, 2020
Entre los principales temas bilaterales para México en su relación con la nueva administración demócrata estarán la inmigración, el comercio y el medio ambiente, dijo una de las fuentes.
La oficina de López Obrador y la Secretaría de Relaciones Exteriores no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre los planes o la visita de Velasco.
En una columna de prensa en la que hace alusión a la visita, publicada el martes, Velasco escribió que se reunió con asesores del Senado y la Cámara de Representantes en las comisiones de relaciones exteriores. No mencionó la transición, ni a Biden.
Desde que asumió el poder hace dos años, López Obrador ha buscado construir una relación constructiva con Trump, quien enfureció a muchos en México durante su campaña presidencial 2015-2016 al etiquetar a los migrantes mexicanos como violadores y traficantes de drogas.
Como presidente, el mandatario se ha esforzado por evitar la confrontación con Trump, en un marcado contraste respecto a cuando formaba parte de la oposición y comparó las políticas migratorias estadounidenses con el trato de Adolf Hitler a los judíos en la Alemania nazi.
El año pasado, Trump amenazó con aplicar aranceles a todas las exportaciones mexicanas hacia uno de sus principales socios comerciales si López Obrador no hacía más para detener el flujo de migrantes, en su mayoría centroamericanos, que se dirigía a la frontera de Estados Unidos.
En respuesta, México desplegó decenas de elementos de la Guardia Nacional en sus fronteras norte y sur. Desde entonces, las tensiones políticas y los cruces de migrantes han disminuido.
Funcionarios mexicanos dicen que el mandatario se ha abstenido de reconocer la victoria de Biden en medio de las acusaciones de fraude de Trump para evitar provocar al presidente estadounidense saliente.
La fricción ha aumentado entre los dos países en las últimas semanas después del arresto en octubre y la posterior liberación del exsecretario de Defensa de México, Salvador Cienfuegos.
En una medida de represalia que podría ser una prueba temprana para la diplomacia bajo Biden, López Obrador envió un proyecto de ley al Congreso destinado a endurecer las reglas de cómo los agentes extranjeros, como los de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), operan en México.