Ben van Beurden, CEO de Shell, percibió por su trabajo 20 millones de euros (22.6 millones de dólares) durante el año pasado, cifra que representa el doble de lo que ganó en 2017.
La razón del incremento está en las ganancias anuales de la compañía cercanas a los 10,000 millones de dólares y, principalmente, en el plan de incentivos a largo plazo establecido en 2016, explica la BBC.
El salario del CEO de la petrolera es 143 veces lo que gana un empleado promedio de Shell en el Reino Unido, una proporción ‘consistente’, con las 30 mejores empresas que operan en Londres, según el Comité de Remuneraciones de la petrolera.
También afirmó que los paquetes de recompensa “son externamente competitivos e internamente proporcionales”, según el medio británico.
Apenas en 2017, los accionistas cuestionaron el nivel del salario de Van Beurden, especialmente porque los ejecutivos de Shell recibieron bonificaciones el mismo año en que un camión cisterna cargado de gasolina operado por un subcontratista en Pakistán explotó y dejó a más de 200 personas fallecidas.
“Piensan que una pequeña élite otorga prosperidad, y todos los demás deben estar agradecidos por lo poco que obtienen. De hecho, el éxito empresarial es un esfuerzo mucho más colectivo, y debe reflejarse en prácticas de pago más equitativas y proporcionales”, dijo a la BBC, Luke Hildyard, director del centro de estudios de High Pay Center.
Salario y medio ambiente
Para la década de 2030, Shell pretende convertirse en la mayor compañía eléctrica en el mundo, y para lograr el objetivo la remuneración de los ejecutivos estará vinculada con las emisiones de carbono.
Los ajustes en los salarios de los ejecutivos eran parte de un plan a ejecutarse en 2020, sin embargo, en un comunicado emitido el jueves la firma mencionó que los cambios en las remuneraciones son de carácter inmediato, detalló el medio británico.