La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tomó relevancia en el sector del transporte aéreo en el último sexenio. El presidente Andrés Manuel López Obrador otorgó la operación de diversos proyectos de infraestructura del sector a las fuerzas armadas, como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) o la aerolínea Mexicana de Aviación.
Inicialmente, la presencia militar en el sector disparó las dudas sobre la viabilidad de estos proyectos. Uno de los más criticados fue el AIFA, cuyo diseño y construcción también estuvo a cargo de Sedena y recibió cuestionamientos respecto a la experiencia de los uniformados en la edificación de este tipo de proyectos.
Tras algunos meses, la Sedena ha mantenido el control de los aeropuertos y la aerolínea que administra. Sin embargo, la viabilidad a largo plazo desata algunas interrogantes.
Sedena tendrá que profesionalizarse
De acuerdo con el Dr. Rogelio Rodríguez Garduño, académico de la Facultad de Derecho de la UNAM y especialista en Derecho Aéreo y Constitucional, el futuro de la Sedena en el sector de la aeronavegación tendrá dos escenarios a futuro: lograr la profesionalización o deshacerse de la infraestructura que operan.
Sobre la profesionalización, el experto indicó que las fuerzas armadas tendrán que dejar su ‘investidura’ y autoridad para inmiscuirse en el mundo de la administración aeroportuaria. Además, mencionó que sería interesante ver a las fuerzas armadas en actividades de fomento e inversiones en el sector como el Tianguis Turístico.
El especialista también expuso que los uniformados necesitarán dejar de pensar en las operaciones con carácter militar. Por el contrario, tendrán que aprender sobre aspectos civiles y a relacionarse con otras empresas del sector.
La otra opción: desinvertir en el negocio
Rodríguez Garduño explicó que Sedena actualmente tiene compañías que operan por la ‘inercia’ de su novedad. Los pasajeros llegan casi de forma ‘automática’ al AIFA y Mexicana de Aviación tiene algunos destinos con demanda específica, los cuales funcionan bien. Sin embargo, identificó que las empresas militares tendrán que comenzar a ofrecer atractivos propios en un mediano plazo.
Un punto medio entre la profesionalización y el fracaso de los negocios sería el obtener coinversión con compañías de trayectoria en el sector. El especialista dijo que la Sedena podría crear convenios para operar y obtener el know-how de otras organización.
También mencionó que si los militares no pueden operar satisfactoriamente esta infraestructura en un plazo de diez a quince años, una posibilidad será que las concesiones se otorguen a empresas privadas con mayor experiencia. Destacó que esto ya ha sucedido en otros países como Ecuador y Bolivia.
Aeropuertos y aerolínea militar tendrán que competir
El Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos Olmeca-Maya-Mexica (GAFSACOMM) es una de las compañías militares más representativas. Esta explota aeropuertos como el de Nuevo Laredo, Puebla, Palenque, Campeche, Chetumal y Tulum.
En 2024, GAFSACOMM recibió 15,173 millones de pesos (mdp) para operar, según el Presupuesto de Egresos. Aparte, el AIFA obtuvo 1,500 mdp y se obtuvieron 119.6 millones adicionales para la gestión de la aerolínea Mexicana de Aviación.
Rodríguez Garduño explicó que las empresas de transporte aéreo operadas por Sedena, idealmente, deben dejar de recibir recursos públicos en los próximos años. Y, para prepararse, deben comenzar a competir como cualquier compañía del sector:
En el momento en que el gobierno retire los subsidios y los apoyos, los aeropuertos y la aerolínea militar tendrán que competir. Tendrán que obtener ingresos y ganancias para generar rentabilidad
dijo el experto.
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