La Asociación Nacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) publicó el informe de seguridad correspondiente a 2023. En él, concluyó que los 365 días del año pasado fueron los más seguros en la historia de la aviación bajo diversos parámetros, que contemplan aspectos como la tasa de accidentes y fatalidad en aviones. 

El 2023 destacó como un año seguro debido a que no hubo incidentes que provocaran la pérdida de ningún casco de aeronave ni mortalidad en vuelos de pasajeros con aviones tipo jet. En realidad, sólo hubo un accidente fatal e involucró a un avión de turbohélice que se estrelló en Nepal a inicios del año pasado. 

El desempeño de seguridad de 2023 continúa demostrando que volar es el modo de transporte más seguro. La aviación otorga su máxima prioridad a la seguridad y eso se nota

dijo Willie Walsh, CEO de la IATA.

¿Qué tan probable es tener un accidente en avión?

De acuerdo con los registros de la IATA, la probabilidad de tener un accidente de avión en 2023 fue de 1 por cada 1.26 millones de vuelos. Esto representó una mejora de 1.30 puntos respecto al año anterior y es la mejor tasa obtenida por la aviación dentro de la última década. También fue superior al promedio móvil de cinco años de un accidente por cada 880.293 vuelos. 

En el mismo año, la probabilidad de que un avión tenga un accidente fatal es de 1 en 30.6 millones de vuelos. Esto aplica para aeronaves jet y de turbohélice que se recogen en las estadísticas la Asociación. Al respecto, la organización indica que una persona tendría que viajar este medio de transporte todos los días durante 103,239 años para sufrir un accidente fatal.

La excepción en los registros de IATA

La IATA identificó que únicamente hubo un accidente fatal en 2023. Este ocurrió el 15 de enero de 2023 en Nepal, cuando un ATR 72 de Yeti Airlines proveniente de Katmandú se estrelló en la orilla del Río Seti mientras realizaba maniobras para el aterrizaje en el aeropuerto de Pokhara.

En este accidente, fallecieron 72 personas. Los dictámenes iniciales citados por Reuters mencionaron que posiblemente los pilotos confundieron los mandos de la aeronave y provocaron la pérdida de potencia en los motores. Debido a la naturaleza de la confusión, los sistemas del avión no avisaron oportunamente. El reporte también refiere falta de capacidad y alto estrés en los miembros de la tripulación.

Un solo accidente fatal de turbohélice con 72 muertes nos recuerda que nunca podemos dar por sentada la seguridad

comentó al respecto el director de IATA.

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