Mientras Estados Unidos acelera la búsqueda de una vacuna contra el COVID-19, surgen tensiones entre científicos gubernamentales y Moderna, uno de los principales desarrolladores, reporta Reuters. 

El Gobierno de Trump apoya el proyecto de vacuna de Moderna con casi 500 millones de dólares y lo ha elegido como uno de los primeros en pasar a ensayos con humanos a gran escala.

No obstante, la compañía -que nunca ha producido una vacuna ni ha realizado un gran ensayo- se ha enfrentado a los científicos gubernamentales por el proceso, retrasando la entrega de los protocolos del ensayo y resistiéndose al consejo de los expertos sobre cómo hacer el estudio, dijeron tres fuentes conocedoras del proyecto de vacuna.

Las fuentes indicaron que las tensiones, que no habían sido reportadas previamente, contribuyeron a un retraso de más de dos semanas en el lanzamiento del ensayo de Moderna sobre su vacuna, prevista ahora para fines de julio.

Algunos de los desacuerdos han aumentado la preocupación por la relativa inexperiencia de la firma biotecnológica y lo que las fuentes describieron como falta de personal y experiencia para supervisar la fase más crítica de los ensayos con humanos.

(Hay) diferencias de opinión. No ha sido fluido, ni fácil. Nadie ha hecho algo así antes,

dijo el portavoz de Moderna, Ray Jordan.

A diferencia de Moderna, el gobierno de EU no ha tenido inconvenientes con AstraZeneca y Johnson & Johnson a la hora de trabajar, según las fuentes.

Pese a todos los problemas, Moderna sigue por delante de otras firmas en la carrera por la vacuna, según declaraciones del gobierno y de las compañías, incluso por la OMS.

En la sesión de este martes, las acciones de Moderna avanzan 2.32%, a 60.52 dólares a las 12:40 pm, hora de la Ciudad de México, según datos de Investing.