El futuro de la industria de vehículos eléctricos podría depender de China: un país que está apostando fuertemente por descarbonizar su flota vehicular, y que promete ser totalmente neutral en sus emisiones de carbono para 2060. Sin embargo, el origen actual de su generación eléctrica podría eliminar años de avance en la reducción de contaminantes del gigante asiático.
El gobierno chino informó esta semana que planea que los vehículos eléctricos, híbridos conectables y a base de hidrógeno, representen el 20% de los vehículos nuevos vendidos en 2025. Actualmente, este número es de apenas 5%. El crecimiento estaría impulsado por la mejora en la tecnología y competitividad de los jugadores locales.
El plan de 14 años también resalta la convicción del gobierno de apoyar en la creación de mejores tecnologías y redes de carga e intercambio de baterías, así como la mejora de los procesos de construcción de vehículos. La política incluye además el uso de autobuses y camiones eléctricos.
En 2019, aproximadamente 28 millones de vehículos fueron vendidos en China. Este mismo año, la venta mundial de vehículos eléctricos apenas superó los 2.1 millones de unidades. Si China alcanza su meta, las ventas mundiales crecerían en alrededor de 200%.
La política fue anunciada luego de que China prometiera alcanzar la neutralidad de carbono en 2060, un proyecto que estará apoyado por el rápido crecimiento de la generación solar, tanto centralizada como distribuida, en el país asiático.
Sin embargo, la meta también deberá enfrentar el extensivo uso de fuentes de energía como el carbón: en 2020 la participación de carbón en la matriz energética de China rondaba el 65%, mientras que la participación de renovables aún no alcanza el 30%.
Esta condición de la matriz energética elimina algunas de las ventajas de un amplio parque vehicular de autos eléctricos, pero no todas.
A principios de este año, la Unión de Científicos Preocupados realizó un estudio en el que reveló que un auto eléctrico es menos contaminante que uno de gasolina en cualquier parte de Estados Unidos, sin importar la fuente de su energía. Esto quiere decir que, incluso si el 100% de la energía china fuera generada con carbón, los VE seguirían siendo una mejor opción, aunque la diferencia entre ambos sería menor.
“El largo camino al que China se enfrentará los próximos 40 años para descarbonizar su economía es tan complicado, extensivo y ambicioso como el proceso que vivió en 1970 para poder reactivarla”, dijo en un estudio la Agencia Internacional de Energía.
La agencia destacó también que este proyecto podría provocar una nueva oleada de avances tecnológicos en el país asiático, pues su gobierno debería concentrarse en desarrollar “industrias de bajo impacto ambiental”, entre las que destacó las tecnologías digitales y otras industrias de alta especialización tecnológica. Además, el proceso necesariamente requerirá de una larga lista de innovaciones.
Tesla, Volkswagen, y Nio están entre las compañías que han aumentado su presencia en China, que se espera construya alrededor de 1.1 millones de vehículos eléctricos este año.