Un día después de ganar la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden ya trabaja con sus asesores en los principales puntos de su plan de gobierno y en la forma de lograrlo, que incluirá más órdenes ejecutivas de las planeadas, debido a que todo indica que el Senado no quedará en manos demócratas.  

El tema fundamental es cómo abordar la crisis del coronavirus en la nación y las negociaciones para un nuevo paquete de estímulo económico que ayude a responder a los impactos causados por la pandemia.

Aunque un paquete de estímulo del tamaño planteado por los demócratas parece poco probable, el líder del Senado, Mitch McConnell, ya ha dicho está dispuesto a avalar un programa más pequeño, destaca la campaña de Biden en un documento sobre sus prioridades de su gobierno.

Además, planea establecer una fuerza de trabajo sobre coronavirus esta misma semana y, entre las medidas contempladas está el establecimiento de un mandato nacional para el uso de mascarillas.

Más de 237,000 estadounidenses han muerto de COVID-19 y los casos de coronavirus se han disparado a cifras récord en los últimos días. Biden hizo de sus críticas a la respuesta de Trump a la pandemia una pieza central de su campaña.

Medidas económicas

En el ámbito económico, propone dar ayudas fiscales a gobiernos estatales, extender los programas federales de ayuda por desempleo y dar una segunda ronda de transferencias monetarias de 1,200 dólares a las familias estadounidenses, además de ayudas adicionales a las aerolíneas, fuertemente golpeadas por la pandemia.

Entre las acciones iniciales planteadas por el demócrata están la reentrada al Acuerdo de París, que Estados Unidos abandonó oficialmente el 4 de noviembre, y dar reversa a la orden de Donald Trump para abandonar la Organización Mundial de la Salud.

En materia educativa pretende dar un trato equitativo a los llamados “Dreamers”, para que puedan acceder a servicios de asistencia, eliminar los límites a las visas de estudiantes e impulsar la defensa de los derechos civiles de los estudiantes.

La agenda energética de Biden impulsará las alternativas a los combustibles fósiles, con gastos en infraestructura, un fondo de ayuda para comunidades en desventaja, inversión en sistemas de transporte y adaptación de edificios públicos, escuelas y hogares para que sean más eficientes en materia energética y sustentables.

Tecnológicas, en la mira

Aunque Biden promete que la postura de su gobierno será “menos politizada” que la de Trump, está comprometido continuar con las investigaciones y demandas contra las plataformas tecnológicas.

También habrá una revisión más astringente de las propuestas de fusiones y adquisiciones, con un sesgo implícito en contra de las consolidaciones.

Un punto, que podría leerse como dedicado a Amazon, es la prohibición para que las plataformas de comercio electrónico compitan contra terceros vendedores.

El impulso a más legislación que proteja la privacidad y la protección de datos también será una constante, según la agenda de Biden, así como el trabajo bipartidista para revisar la Sección 230, del Acta de Comunicaciones, que protege a las plataformas tecnológicas de recursos legales por lo que se publica en sus sitios.

Camino cuesta arriba

El republicano Donald Trump, el primer presidente estadounidense en ejercicio en perder una candidatura a la reelección en 28 años, no dio indicios de ceder mientras su campaña avanza en batallas legales para impugnar el resultado.

En un hecho que ilustra el camino cuesta arriba que enfrentará Biden después de asumir el cargo el 20 de enero al momento de trabajar con los legisladores del partido de Trump, los líderes republicanos en el Congreso todavía no reconocían este domingo al exvicepresidente como el ganador.

En un discurso en su estado natal de Delaware el sábado por la noche, Biden entregó un mensaje de unidad y conciliación, declarando que es “hora de sanar” a la nación y de llegar a los estadounidenses que votaron por Trump y a los republicanos en el Congreso.

Trump publicó el domingo en Twitter comentarios de analistas que pusieron en duda la integridad de la elección, entre ellos, “Esta fue una elección robada”. Twitter etiquetó los comentarios y señaló que “esta afirmación sobre fraude electoral no está corroborada”, en la última ocasión en que una plataforma de redes sociales advierte sobre sus publicaciones.

Trump y sus asesores no han presentado pruebas de sus acusaciones de fraude electoral.

Pero el presidente de Estados Unidos no tiene a todo el partido republicano de su lado. El expresidente George W. Bush dijo en un comunicado que había hablado con Biden y que lo felicitó por su victoria.

“Aunque tenemos diferencias políticas, sé que Joe Biden es un buen hombre, que ha ganado la oportunidad de liderar y unificar nuestro país”, dijo Bush. “El pueblo estadounidense puede confiar en que esta elección fue fundamentalmente justa (…) y que su resultado es claro”.

El senador Mitt Romney, el candidato presidencial republicano en 2012, dijo en CNN que entendía por qué Trump quiere seguir luchando.

“Creo, sin embargo, que es destructivo para la causa de la democracia sugerir un fraude o corrupción generalizado. Simplemente no hay evidencia de eso en este momento”, dijo Romney.

Gran parte de los líderes mundiales ignoraron los recursos republicanos presentados en la justicia y felicitaron a Biden por su victoria, con dos notables excepciones en América Latina: los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Brasil, Jair Bolsonaro.

Incluso el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que deseó una victoria de Trump, celebró a Biden, a quien calificó como un “gran amigo de Israel”. 

El rey Salmán y el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, ambos muy cercanos a Donald Trump, también reconocieron la victoria de los demócratas en las presidenciales estadounidenses.

Salmán, que era el último de los monarcas del Golfo que aún no había reaccionado tras la elección de Biden, expresó “sus mejores deseos de éxito” y recordó “las relaciones históricas y estrechas entre estos dos países y pueblos amigos”, indicó la agencia estatal SPA.

Con información de AFP y Reuters