El paso del Huracán Otis que azotó a Acapulco el pasado 25 de octubre no sólo devastó uno de los centro turísticos más populares del país, sino que también evidenció los puntos débiles de la infraestructura, enseñando duras lecciones que las ciudades costeras del país deben aprender.
Mientras que el puerto se repone del fuerte huracán categoría 5, expertos en clima, arquitectos, ingenieros y políticos recomiendan que se deberían adoptar medidas como endurecer las normas de construcción, mejorar el manejo de inundaciones y la detección de tormentas para evitar que se repita la tragedia causada por Otis.
Las crecientes preocupaciones por el cambio climático y la mayor proliferación de tormentas han presionado al país para que ofrezca mejores protecciones, sobre todo a medida que incrementa la población en zonas costeras.
Por su parte, Enrique de la Madrid, ex secretario de Turismo, señaló que estos fenómenos van a seguir ocurriendo, por lo que es necesario establecer cómo se debe construir de una manera más inteligente y además cómo sumarse a una política pública de combate al cambio climático.
El político priista recordó que tras el terremoto que azotó a la Ciudad de México en 1985 y que dejó un saldo de miles de capitalinos muertos, se impulsaron normas de construcción más estrictas y que el resultado 32 años después, cuando en 2017 otro sismo sacudió la capital del país, los daños fueron menores.
Huracán Otis exhibe a la industria de la construcción
Mientras que la Ciudad de México debe actualizar sus normas de diseño estructural cada seis años, en el país hay otros municipios que emiten sus propios reglamentos de construcción, que en muchas ocasiones carecen de regulaciones nacionales a diferencia de sus pares regionales.
Adrián Pozos, ingeniero estructural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que Otis demostró que las normas de construcción y diseño ya no están a la altura de las circunstancias.
Señaló que cuando las piezas de construcción se desprenden, los interiores quedan expuestos, lo que ocasiona grandes daños. Por ello agregó que para evitar desastres es importante que ciudades de playa como Zihuatanejo, Puerto Vallarta y Cancún pongan especial atención a los elementos estructurales metálicos, ya que son propensos a la corrosión por el aire salado, lo que reduce su resistencia al viento.
Los edificios necesitan la aportación de los ingenieros estructurales para mejorar la seguridad, mientras que las autoridades deben actualizar las regulaciones sobre vientos en las zonas costeras, sobre todo para los edificios de más de 10 años, añadió Pozos.
Las nuevas construcciones deben estar preparadas para resistir vientos con ráfagas de 329 kilómetros por hora que soplaron en Otis
dijo Pozos.
Recomendaciones para construcción en las costas del Pacífico
De acuerdo con las recomendaciones de un manual de diseño de 2020 de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), los edificios comerciales, como hoteles y condominios, de zonas turísticas de la costa del Pacífico deben construirse para absorber vientos de 214 kilómetros como máximo y, en Acapulco, de 141 kilómetros por hora.
Por otro lado, en Miami la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles exige que estructuras similares resistan vientos de 290 kilómetros por hora.
Algunos expertos temen que la recuperación del puerto de Acapulco tarde años; sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo que para Navidad la ciudad guerrerense mostrará una diferencia.
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Con información de Reuters