El desabasto de combustible en el Estado de México durante el fin de semana ocasionó pérdidas por 20 millones de pesos a los gasolineros de la zona, informó este jueves la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gasolina y Lubricantes (Adigal).

La carencia de producto comenzó desde el 30 de noviembre, cuando se registró una intermitencia en el abasto de la zona del Valle de Toluca, explica  Jorge Luis Pedraza, presidente de Adigal.

A pesar de que comunicaron de la falla esa misma jornada, no fue sino hasta el sábado que les informaron que no habían mandado producto de las instalaciones de Petróleos Mexicanos en Tula, Hidalgo.

“Había pasado en meses anteriores, pero no era tan repentino ni tan continuo”, dice Pedraza.

Para ese momento, la situación en la capital mexiquense comenzaba a ser crítica, pues los inventarios, generalmente pensados para día y medio, se estaban agotando.

Además, en redes sociales se corrían rumores (falsos) de un acaparamiento para subir el precio del combustible, que ocasionó compras de pánico entre los habitantes.

“Vivimos una crisis”, señala el presidente de Adigal.

Las cifras preliminares de la organización señalan a 97 estaciones de servicio afectadas; 50 de ellas se quedaron sin ningún tipo de combustible, mientras que otras 47 consiguieron quedarse con inventario de alguno de los dos tipos de gasolina.

El lunes, Petróleos Mexicanos (Pemex), informó que “no enfrenta desabasto ni escasez de hidrocarburo” y dijo que registra daños en la red de ducto por tomas clandestinas de combustible.

El ‘huachicoleo’ o robo de combustible, es un problema que representa pérdidas anuales de 1,200 millones de dólares anuales, en promedio, para la petrolera.

Las tomas clandestinas, en aumento

El negocio del combustible robado o ‘huachicol’ no es nuevo. Sin embargo, fue en la última década que comenzó su auge, debido a que es considerada una fuente de financiamiento rentable por grandes grupos del crimen organizado.

En 2017, los estados donde más tomas clandestinas se registraron fueron:

  •    Guanajuato: 1852
  •    Puebla: 1443
  •    Tamaulipas: 1100
  •    Hidalgo: 1064
  •    Veracruz: 1012

El Estado de México ocupó el sexto lugar nacional ese periodo, con 976 tomas clandestinas identificadas. Sin embargo, entre enero y septiembre de 2018 la cifra aumentó a 1,140 tomas, de acuerdo con información de la petrolera.

En los primeros tres trimestres del año, Pemex registró 11,240 tomas clandestinas en el país, cifra 8.5% superior a las 10,363 registradas todo el año pasado. Para contextualizar, en 2012, último año de la gestión de Felipe Calderón, el número de tomas registradas fue de 1,635, indican datos de la empresa.

“Cada año estamos viendo que el problema se está haciendo má grande. El robo de combustible se está convirtiendo en parte de las actividades del crimen organizado en México”, dijo en entrevista Luis Miguel Labardini, socio de la firma Marcos y Asociados.

La cantidad de tomas clandestinas, tan solo en el Estado de México, se incrementó 56.5% entre enero y septiembre de este año, en comparación con el mismo lapso de 2017.

El mayor repunte de tomas clandestinas en la entidad se dio en los meses de mayo y agosto, cuando se registraron 172 y 148 tomas clandestinas, respectivamente, muestra información de Pemex.

El año pasado, solo en el mes de octubre se registró una cifra superior a 100 tomas clandestinas en territorio mexiquense. Este, todos los meses excepto enero se ha rebasado este techo.

“El efecto que tiene el huachicol hoy en día en Pemex Refinación es muy significativo”, señala Labardini, quien considera que esta tendencia puede revertirse con la inversión de tecnologías para prevenir el robo de hidrocarburo.

“El problema es que, como el combustible que viaja en ductos o autotanques es de Pemex y no de propiedad privada, hay un área gris” donde no se reconoce que la afectación no solo es para la empresa productiva del Estado, sino para todos los mexicanos, señala el experto.

Un tema ‘en el radar’

Para Onexpo Nacional, la unión de gasolineros más grande de México, el robo de combustible es uno de los temas centrales de su agenda con el gobierno federal.

De acuerdo con fuentes de la asociación, el hurto de hidrocarburo, especialmente concentrado en los estados de Puebla, Guanajuato, Veracruz, Estado de México, Tamaulipas e Hidalgo ha estado en la agenda de negociaciones con el gobierno.

“El problema de fondo es el mercado ilegal de combustibles, parte de ese mercado se va a la venta de combustible robados”, donde tanto los gasolineros como los consumidores y el fisco se ven afectados, asegura el organismo.

Onexpo se muestra confiada en que las autoridades federales y estatales puedan controlar el problema, que se ha acrecentado en los últimos años.

Pero no es lo único…

“El problema de desabasto no solamente viene del robo de combustible, viene también por la falta de capacidad de almacenamiento” que hay en el país, señala Labardini.

Mientras que en Estados Unidos hay una capacidad de almacenamiento de 90 días en promedio, en México apenas es de tres, lo que ocasiona “un desequilibrio en la oferta y la demanda”, destaca.

En el caso de las gasolineras mexiquenses que registraron desabasto, aunque la capacidad de guardar hidrocarburo depende de cada empresa, la media es de 36 horas, de acuerdo con Adigal.

Para Labardini,  ampliar la capacidad de almacenamiento es “una responsabilidad del mercado”, que apenas está abriendo los espacios para que entre el sector privado.

Un ejemplo de esta incipiente industria está en Dos Bocas, Tabasco, donde el gobierno entrante planea construir una refinería, pues el sector privado tiene capacidad para albergar 500,000 barriles.

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