El presidente Andrés Manuel López Obrador informó en su conferencia matutina del 19 de mayo que Pemex se enfocará en producir los 1.8 millones de barriles de crudo diarios necesarios para cubrir la demanda nacional. Esto representa una separación momentánea de las metas existentes a principio del sexenio y deja poco claras las nuevas metas administrativas y económicas de la empresa productiva del estado.
“Vamos a dejar reservas para las futuras generaciones. Una reposición de reservas, vamos a reponer reservas que se han agotado. Y esto es medio ambiente, y dejar este recurso hacia adelante”, dijo López Obrador aquel día.
La postura tiene un error de origen, explicó David Rosales, socio de Midstream & Downstream en la consultora Talanza Energy, ya que “las reservas no se obtienen por decreto”. Advirtió que aún hay poca información en estas declaraciones, y que se requiere paciencia con el flujo de detalles para poder entender los posibles cambios estratégicos.
Sigue sin estar muy claro cuándo o cómo podemos encontrar una manera de saber hacia dónde vamos
David Rosales, socio de Midstream & Downstream en la consultora Talanza Energy
En su discurso, el presidente explicó que el enfoque principal estaría en “ser autosuficientes” y no en vender crudo al extranjero, pero no dejó claro si los 1.8 millones de barriles que se consumen en el país serían la meta de producción para el resto del sexenio.
Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos para IHS Markit, consideró que oficialmente Pemex continúa con su meta de los 40 campos prioritarios y con el resto de las metas que se han planteado durante esta administración y que lo que se dice en las conferencias mañaneras y lo que se dice en el interior de la empresa muchas veces no cuadra.
“La demanda va a caer, entonces, ¿qué mejor que decir que vamos a cambiar el enfoque en las reservas? Es una manera de seguir vendiendo el mismo discurso nacionalista energético”, señaló Calcaneo.
El centro de este discurso sigue siendo Pemex y su autonomía, por lo que parece lejano el involucramiento de privados en los procesos de exploración, algo que podría ayudar a la empresa nacional a aumentar sus reservas a una velocidad mayor de lo que lo ha hecho hasta la fecha.
A pesar del discurso externado desde presidencia, ambos expertos concordaron en que existe la posibilidad de que, dentro de un año, nos demos cuenta de que los cambios a la estrategia de Pemex fueron menores.
Este riesgo aumenta si consideramos la intransigencia con la que se ha manejado presidencia. “No ha habido un ajuste público en la estrategia energética, y las condiciones políticas están dictando lo que se comunica”, dijo Calcaneo.
Rosales externó que hay dos tipos de inversionistas en Pemex: los que ya no tienen confianza en las publicaciones del gobierno y los que le siguen prestando a precios altos sin importar lo publicado por la empresa.
Si a Argentina y a Kirchner le siguen prestando, a México también, la diferencia reside en quién, cuándo y cómo se prestará
El límite de la empresa para mantener la inercia que lleva hasta ahora, advirtió Calcaneo, será la capacidad del Estado para poder sostener a Pemex financieramente, y este año podría ser el parteaguas para esta habilidad.