Las administradoras del ahorro para el retiro (afores) en México tienen apenas el 7.6% de los recursos que gestionan en instrumentos estructurados, que comprenden tanto certificados de capital de desarrollo (CKD) como certificados bursátiles fiduciarios de proyectos de inversión (CERPI) y otros fideicomisos.

El monto está por detrás de los instrumentos de deuda fija, como bonos y Udibonos o Cetes, que representan el 51.1% de las inversiones; la deuda privada nacional, que significa el 14.8% y la renta variable internacional, donde se encuentra 12.3% de su cartera, según cifras de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) al cierre de abril.

 

 

Las inversiones de las afores en CKDs cobraron relevancia en los últimos días a raíz de un reporte del diario El Economista de España de que dicho instrumento será el elegido por el gobierno mexicano para llevar a cabo la compra de las 13 plantas de Iberdrola.

Fuentes dijeron al medio que el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) prevé constituir un CKD que contaría con 2,400 millones de dólares, 51% de los cuales vendrán del propio fondo y 49% de las afores.

A su vez, Fonadin usaría un vehículo de propósito especial para que el fondo Mexico Infraestructure Partners (MIP) sea el administrador y se encargue de la operación en nombre de los inversionistas.

CKD, instrumento de largo plazo

Los CKD son valores que normalmente emiten los fideicomisos para canalizar recursos de inversión a sectores y actividades con potencial de crecimiento a largo plazo.

El instrumento puede liquidarse hasta en 50 años, aunque el promedio es de una década, comentó Arturo Hanono, senior advisor para la firma Alpine Capital Advisors en México.

En entrevista, explicó que si se diera un escenario en el que se emplee un CKD para la transacción, hay dos opciones: recurrir a un CKD existente o conformar uno nuevo, una alternativa que tomaría más tiempo.

 Los CKDs tienen un proceso de autorización en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que se puede llevar de seis meses a un año en promedio, una vez que tienes el instrumento armado y lo subes como vehículo que quieres emitir viene el proceso de levantar el dinero, que puede tardar entre uno y tres años

expuso .

En la fase de levantamiento el fondo debe ‘tocar puertas’ con inversionistas institucionales, entre ellos las afores, para saber si les interesa fondearlo. Las administradoras a su vez deben evaluar en sus órganos de gobierno la propuesta y deliberar si les conviene.

Sin embargo, al momento no hay información oficial sobre su conformación, plazo, destino que tendrían los recursos, posibles rendimientos o si la inversión se va a mantener, vender o arrendar, comentó.

Afores, las que más invierten en CKDs

Si bien los instrumentos estructurados representan menos del 10% de la cartera de de las afores al primer cuatrimestre del año, éstas son las mayores inversionistas en el país.

De acuerdo con el informe de Consar al Congreso de la Unión, al cierre del año pasado, las afores contaban con una tenencia de 88% en este tipo de vehículos con enfoque en infraestructura.

De los CKDs emitidos en el país se destinan principalmente a bienes raíces, infraestructura y energía de acuerdo con los datos de las bolsas de valores.

 

 

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Hanono comentó que dado que las primeras emisiones de CKDs se dieron en 2009 apenas se están viendo sus resultados y ya comienzan a contribuir al rendimiento de las afores y el monto crecerá paulatinamente conforme se concluyan los  proyectos y se liquiden estos vehículos.

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