Los precios del petróleo bajan por segunda jornada consecutiva este viernes, en el cierre de una semana marcada por la volatilidad debido a que la rápida propagación de la variante delta del COVID-19 continúa ensombreciendo el panorama de recuperación de la demanda.

El contrato de septiembre del WTI de Estados Unidos retrocedió 0.9%, a 68.44 dólares por barril, y el Brent del Mar del Norte para entrega en octubre perdió 1%, a 70.59 dólares, según MarketWatch.

Durante la semana, ambos referenciales acumularon alzas de 0.2%. El viernes pasado, el WTI sufrió su caída más profunda para un periodo similar desde octubre de 2020.

Esta semana ha puesto al descubierto las opiniones contrastantes sobre el impacto de la nueva ola de COVID-19 causada por la variante delta en el apetito mundial por el petróleo

dijo Stephen Brennock, analista de PVM Oil Associates, citado por Bloomberg

La demanda mundial de petróleo revirtió abruptamente su curso el mes pasado, cayendo levemente después de subir 3.8 millones de barriles por día en junio, reportó la Agencia Internacional de Energía (AIE) el jueves.

El organismo con sede en París pronostica que la demanda global crecerá a un ritmo más lento en 2021 por el avance de la pandemia, particularmente en Asia, donde el gobierno de China implementó nuevas restricciones que han golpeado el consumo de combustibles.

La variante delta interrumpió el rally de los petroprecios, que acumulan alzas cercanas a 50% en lo que va del año, gracias en gran medida al despliegue de vacunas contra el COVID-19 y la recuperación de la actividad económica.

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Para Goldman Sachs, el impacto de la variante más contagiosa en el mercado petrolero será de corto plazo, mientras que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) pronostica que el consumo crecerá.

La caída de la demanda en algunos países se produce mientras la OPEP y sus aliados comenzaron aumentos graduales a la producción de 400,000 barriles diarios por mes, luego de los recortes sin precedentes que implementaron el año pasado para ajustar la oferta.

Esta semana, el gobierno de Joe Biden generó nerviosismo en el mercado después de que pidió al grupo conocido como OPEP+ incrementar aún más el bombeo, a fin de estabilizar los precios de la gasolina, uno de los energéticos que más ha subido con la inflación.

En Estados Unidos, datos publicados el miércoles mostraron que los inventarios de crudo y gasolina cayeron durante la semana pasada, aunque por debajo de lo que esperaban los analistas.