El peso mexicano es de las pocas monedas emergentes que ha mostrado estabilidad en el transcurso del año, ante los escenarios hostiles a nivel mundial como la invasión rusa en Ucrania o los confinamientos en China.

Aunque el foco principal de atención se centra en la inflación de Estados Unidos y la estrategia de la Reserva Federal (Fed) para revertir los elevados niveles en los precios al consumidor.

La moneda mexicana se apreció 0.18% frente al dólar estadounidense al 18 de julio de este año, convirtiéndose en la cuarta divisa emergente que gana valor en lo que va del 2022.

Las otras monedas son el rublo ruso (22.52% de apreciación), real brasileño (2.68%) y sol peruano (2.35%).

De un total de 23 monedas emergentes seleccionadas, de acuerdo con datos de los bancos centrales y de Yahoo Finance, 19 se depreciaron respecto al billete estadounidense.

Puedes leer: Peso cierra jornada con ganancias; con el mercado atento a próxima reunión del BCE

Alivio por la Fed

Al peso mexicano le ayudó que recientemente el sentimiento de los mercados mejoró, luego de que dos miembros del FOMC de la Fed, incluido el gobernador Christopher Waller, señalaron que estaban a favor de otro aumento de 75 puntos en julio, aliviando las preocupaciones de los inversionistas sobre una subida histórica de 100 puntos, según Monex.

A esta postura se sumaron Raphael Bostic, presidente de la Fed de Atlanta, y James Bullard, de la de St. Louis, apoyando un alza de las tasas de los fondos federales de 75 puntos base por segundo mes consecutivo, en la reunión del 26 y 27 de julio, rechazando las especulaciones de un incremento mayor.

Sin embargo, los riesgos de depreciación continúan debido a que la inflación anual del país vecino del norte llegó a 9.1% en junio del 2022, el mayor ascenso desde noviembre de 1981, cuando se colocó en 9.6%, situación que si sigue así, podría cambiar posturas en el banco central estadounidense.

Inestabilidad

Para CIBanco, la situación de los mercados financieros continúa siendo inestable por los diferentes escenarios a los que se enfrentan los inversionistas, con la inflación de Estados Unidos como foco principal al no dar tregua y en junio superar de nueva cuenta las expectativas.

Así como la aparición de nuevos rebrotes de COVID-19 en China que hace temer la imposición de mayores prohibiciones y confinamientos, el cierre de un gaseoducto relevante para Europa, la paridad euro-dólar, la crisis política en Italia y los vaivenes en el precio internacional del petróleo.

En China, los temores a una recesión se han visto agudizados por el descubrimiento de una nueva subvariante de ómicron en China, la cual ha sido catalogada de ‘altamente transmitible’ por el gobierno de Shanghái

aseguró el grupo financiero.

Agregó que el aumento de los contagios podría generar nuevos cierres en las fábricas del gigante asiático, prolongando el restablecimiento de las cadenas globales de suministro.

Mercado doméstico

La perspectiva de calificación crediticia de México en las tres agencias de mayor presencia mundial (Fitch, Moody’s y S&P) es estable, lo que sugiere que es muy improbable que muevan la calificación en cualquier sentido en los próximos dos años, explicó CIBanco.

A nivel local, la calificadora Moody’s recortó la nota soberana del país en un escalón para dejarla en “Baa2” y cambió la perspectiva a estable.

“Esto significa que perdió México la máxima calificación que había conservado en la agencia, pero se queda dos niveles arriba del grado de inversión, en el mismo umbral que tiene en la agencia S&P”, explicó CIBanco.

Al grado de inversión se añade el ciclo de alzas de la tasa de referencia del Banco de México (Banxico), que en su último incremento de 75 puntos base llegó a 7.75%, aunque se prevé que llegue a 10% al cierre del 2022 si sigue la presión inflacionaria.

Estos elementos juegan a favor del peso mexicano, sumándose el dinamismo en exportaciones y remesas, al inyectar dólares al mercado doméstico.