A tres años de que Andrés Manuel López Obrador fue elegido como presidente de México el tipo de cambio mantiene su estabilidad; sin embargo, ha experimentado momentos de turbulencia causados por la irrupción de la pandemia y una serie de políticas que dieron pie a una percepción negativa sobre el país.
Cuando se realizaron los comicios del 1 de julio de 2018, el peso mexicano cotizaba en 19.8730 unidades por dólar, según el precio de referencia de Banco de México (Banxico). El miércoles, el tipo de cambio interbancario cerró en 19.9470 pesos, una depreciación de apenas 0.37% respecto a la fecha de la elección presidencial.
Un primer momento de volatilidad se vio en octubre de 2018, antes de la toma de protesta de López Obrador. En ese mes, el peso acumuló una depreciación cercana a 8% tras la cancelación del millonario proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, que causó incertidumbre entre los inversionistas y puso a temblar a los mercados locales.
Ahí se presionó, todavía no tomaba posesión, pero el tipo de cambio empezó a reflejar algunas de las promesas de campaña del presidente
comentó en entrevista James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco
Si bien la desconfianza de inversionistas extranjeros sobre el proyecto de país de López Obrador provocó una salida de capitales y una contracción moderada de la economía durante el primer año de gobierno, los factores internos han influido poco en el desempeño del peso.
Salazar subrayó que las políticas del gobierno morenista, en particular en materia de energía, causaron un clima de incertidumbre debido a los planes de otorgar mayores apoyos a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), aunque su impacto sobre el mercado cambiario ha sido marginal en lo que va de la administración.
“En determinado momento han tenido impacto sobre todo en la percepción de las agencias calificadoras”, dijo.
A inicios de este año, Pemex terminó su servicio de calificación crediticia con Fitch Ratings, una decisión que justificó por los problemas financieros que atraviesa la compañía petrolera estatal. La calificación de Fitch se ubicaba en BB- con perspectiva estable; mientras que S&P, Moody’s y HR Ratings, que aún califican a Pemex, la tienen en perspectiva negativa.
A la llegada de López Obrador a Palacio Nacional, el tipo de cambio ya arrastraba episodios de volatilidad como el que vivió en 2016, cuando pasó de 17.2120 a 20.64 pesos el dólar, una depreciación anual de 16.6%, la más profunda desde la crisis de 2008, que fue provocada por la elección del expresidente Donald Trump en Estados Unidos, quien propuso medidas como la construcción del muro fronterizo con México, confiscar las remesas y abandonar las negociaciones del T-MEC.
Año COVID-19, el más complejo
El peso mexicano experimentó su peor momento durante 2020, segundo año de gobierno de López Obrador, cuando sufrió su caída anual más profunda en cuatro años, ya que el cierre de actividades por la pandemia de COVID-19 provocó una ola de aversión por el riesgo a nivel global.
Sin duda el momento más complejo que ha vivido la administración actual fue el estallido de la pandemia y conforme fue agravándose vimos cómo los mercados financieros comenzaron a descomponerse
mencionó Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex
El 23 de marzo el tipo de cambio interbancario cerró en un mínimo histórico de 25.135 pesos por dólar. En esa jornada, que se conoce como ‘el lunes negro’, las bolsas perdieron miles de millones de dólares en valor de mercado, a medida que incrementaban los contagios por coronavirus. Días antes, el 17 de marzo, el peso tuvo una depreciación de 5.15%, la mayor en una sesión durante la administración actual.
Sin embargo, la inyección de liquidez de la Reserva Federal (Fed) a los mercados a través de programas de recompra de bonos, la disminución de las tasas de interés de los bancos centrales y el desarrollo de vacunas, contribuyeron a la recuperación del peso el año pasado, pues el tipo de cambio cerró en 19.95 pesos por divisa estadounidense el 31 de diciembre, 5.1 unidades por debajo del mínimo histórico de marzo.
Quiroz explicó que la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre del año pasado también contribuyó a la apreciación del peso, gracias a que entre sus propuestas destacó un mayor gasto fiscal para acelerar la recuperación del Producto Interno Bruto (PIB) de su país.
Los estímulos que ya había puesto en marcha el gobierno de Trump impulsaron el crecimiento del envío de remesas familiares a México a niveles récord, además de la recuperación de las exportaciones y el consumo, que fueron catalizadores en el repunte de los mercados nacionales.
Peso gana con decisión de Banxico
Tan solo la semana pasada, el peso marcó su mejor sesión ante el dólar desde agosto de 2020, después de que Banxico decidió contra todo pronóstico incrementar en 25 puntos base su tasa de referencia para ubicarla en 4.25%, ante las crecientes presiones inflacionarias.
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El banco central no había ajustado la tasa de referencia al alza desde diciembre de 2018, el primer mes de gobierno de López Obrador. De agosto de 2019 a septiembre del año pasado, Banxico recortó en 11 ocasiones la tasa de manera consecutiva.
La reciente decisión de política monetaria de Banxico puede ser el inicio de un ciclo de endurecimiento provocado por la narrativa de la Fed sobre la reducción de estímulos ante la recuperación de la economía, coincidieron los analistas de CI Banco y Monex.
La Fed comenzaría a hablar de reducir el programa de compra mensual de bonos tan pronto como en agosto, durante el simposio anual de Jackson Hole, lo que puede generar presiones sobre el tipo de cambio hacia el cierre de 2021, incluso por encima de 21 pesos por dólar.
El endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos va a terminar dominando cualquier otro tema, incluso sobre la subida de tasas por parte de Banxico
dijo Salazar
La moneda nacional, pese a todo, tiene solidez en los mercados financieros a medida que mejora el optimismo sobre la recuperación de la economía. En el sexto mes de 2021, el peso acumuló ganancias para el trimestre y el semestre, siendo una de las pocas divisas que logró cerrar el mes estable ante el dólar, que tuvo en junio su mejor desempeño mensual desde noviembre de 2016.