Los Bonos del Tesoro de Estados Unidos –treasuries– están generando temores en los mercados mundiales. Temas como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como una recesión económica global están puestos sobre la mesa.
Los inversionistas están inquietos. Mientras los treasuries a 10 años presentan rendimientos que no se veían desde el 2011, el mercado accionario se ubica en la antesala de la segunda corrección del año.
El índice Russell 2000, que engloba a empresas de pequeña y mediana capitalización, ha perdido 7.52% desde mediados de septiembre, cuando la rentabilidad de los treasuries rompió el techo del 3%. El NASDAQ Composite -donde tecnológicas como Amazon y Apple tienen gran peso- ha retrocedido 6%.
Lo que hemos visto los últimos días en el mercado han sido movimientos muy rápidos en las tasas de los treasuries
Dave Lafferty, estratega en jefe de Natixis IM.
Esos movimientos abruptos ocasionan un gran impacto en el mercado accionario.
El miércoles, la tasa de los treasuries a 10 años se ubicaba en 3.191%; a finales del 2017 el rendimiento era de 2.405% y cuando Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos, los instrumentos tenían una tasa de 1.855%.
Los treasuries al pagar una tasa atractiva y ser altamente seguros, provocan un efecto de sustitución en los portafolios de inversión y éstos suelen repercutir en el mercado financiero, de acuerdo con James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco. Uno de esos efectos son las caídas en las bolsas de valores y la apreciación del dólar.
Especulación, a flor de piel
Hasta este punto, el incremento en los rendimientos de los treasuries ha respondido a la fortaleza de la economía estadounidense y a la política restrictiva de la Reserva Federal (Fed). El banco central estadounidense espera un alza más en las tasas de interés este año y tres incrementos en el 2019.
El problema es que entre analistas y administradores de portafolios se asocia el alza de la tasa de los bonos de 10 años -sobre todo si son incrementos fuertes- a que la Fed será más agresiva en su ciclo de alza de tasas. “El mercado está queriendo ver cosas que no hay”, dijo Joel Martínez, director general de la firma Visor Financiero.
En la sesión del miércoles, mientras los índices accionarios estadounidenses cedieron entre 2 y 4%, el dólar se fortaleció ante la mayoría de las monedas emergentes como el peso mexicano, que perdió 0.19%.
El rand sudafricano cayó 1.32%, seguido por real brasileño con 1.16% y el rublo ruso, que perdió 0.90%.
¿A dónde llegarán?
La expectativa que tiene Martínez es que los rendimientos de los bonos a 10 años cierren este año en un rango de entre 3.20 y 3.50% y, para finales del próximo año, se ubiquen entre 3.80 y 3.90%.
Pensar que la tasa de los treasuries a 10 años puede romper el techo del 4% es poco viable, pero no está del todo descartado.
Si la inflación estadounidense es más alta a la que se tiene prevista, los bonos a 10 años pueden alcanzar un rendimiento del 4% y sería dramático para los mercados, comentó Lafferty. Lo que estaría guiando a los instrumentos sería la inflación y no fortaleza de la economía.
El mercado de deuda es algo que no se puede perder de vista. Si se mantiene la tendencia alcista en los rendimientos, la volatilidad seguirá en el mercado financiero. De momento, el S&P 500 -uno de los índices más representativos del mundo- hila cinco sesiones a la baja, su peor racha desde el 2016.