Uno de los temas más sonados y que ha llamado la atención del público es la próxima recesión económica en Estados Unidos, el principal socio comercial de México. Las dudas que rondan son: ¿qué tan cerca está y qué tan profunda será?
Datos económicos estadounidenses mixtos, una desaceleración económica en la mayoría de los países y una curva de rendimientos de bonos invertida han hecho que el mercado opere con cautela y, hasta cierto grado, con temor, pero la realidad no parece ser tan pesimista, al de menos de momento.
“En nuestra opinión, hablar de una inminente recesión en Estados Unidos es un poco exagerado. Sí, la curva de rendimiento se invirtió un poco recientemente. Pero los fundamentos de la economía de los Estados Unidos no indican que la recesión esté a la vuelta de la esquina”, publicó Wells Fargo en un análisis.
La Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés) define a la recesión como una disminución significativa de la actividad económica que se extiende en toda la economía y dura poco más de unos meses, normalmente visible en el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y las ventas mayoristas y minoristas.
Tres de los administradores de activos más grandes del mundo, BlackRock, Vanguard y Natixis IM no otorgan altas probabilidades para que la recesión estadounidense pueda darse en este año. Incluso Vanguard espera un “aterrizaje suave” de la economía más importante del mundo.
Vanguard estima que las probabilidades de que haya una recesión en Estados Unidos y estropee el crecimiento en la economía global son de alrededor de 30%; Natixis ve un riesgo de recesión en 20% y BlackRock de 19% para este año.
Hasta ahora, esta desaceleración se parece más una ralentización de mediados de ciclo que ya hemos visto en Estados Unidos en 2011, 2013 y 2015-16. Si bien seguimos con una postura cautelosa entre más se prolongue este ciclo, no hay nada en la presente desaceleración que requiera que la economía caiga en una recesión
comentó Dave Lafferty, estratega en Jefe de Mercados de Natixis IM.
Distintas estimaciones apuntan a que la economía estadounidense crecerá alrededor de 2% este 2019.
Los pronósticos jugarán un rol importante. Si la economía de Estados Unidos no cumple con los estimados, los focos de alerta sobre una posible recesión se encenderán, pero si supera las expectativas de crecimiento, la presión sobre el mercado –en especial al accionario– se reactivará porque se abrirá la posibilidad de alzas de tasas.
Al día de hoy, los principales bancos centrales y el mercado tiene descartadas alzas de tasas de interés para lo que resta del 2019.
Creemos que la economía global debe permanecer lo suficientemente fuerte como para calmar los temores de recesión, pero lo suficientemente débil como para mantener en espera a los hacedores de políticas
Richard Turnill, director Mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock, en un estudio.
No todo es como 2008
Cuando se habla de recesión económica se piensa en lo que pasó entre 2008 y 2009, la contracción más profunda que se ha sufrido desde 1929.
El estallido de la crisis subprime y la quiebra del banco Lehman Brothers, que derivó en un choque del sistema financiero, sumergió a Estados Unidos y buena parte del mundo en una crisis que duró 18 meses y fue 17 veces más profunda de lo que sucedió en 2001, de acuerdo con información de la Asociación Nacional de Economía de la Empresa (NABE, por sus siglas en inglés).
Pese a ello, de las últimas 10 contracciones estadounidenses, cada una presenta tiempo y profundidades distintas. Mientras en 2008-2009 se vivió una de las peores crisis que se tiene registro, en 1980 la recesión duró apenas seis meses, según datos de NABE.
La intensidad y duración de la próxima recesión vendrá determinada, en gran medida, por el preceptivo ajuste necesario para corregir los desequilibrios existentes, así como por la efectividad de las medidas tanto monetarias como presupuestarias adoptadas para hacer frente a sus efectos negativos
de acuerdo con en análisis de BBVA ‘Todo lo bueno se acaba, pero, ¿se encamina Estados Unidos a una recesión?’.
Mientras los inversionistas esperan más datos económicos y señales de cómo se desenvolverá la economía en lo que resta del año, los mercados accionarios presentan avances que llegan a rozar hasta el 40%, como es el caso de China y 20% como el NASDAQ Composite de Estados Unidos.