La idea que México es un país de jóvenes es más un mito que una realidad. Un México con más viejos y que no ahorraron lo suficiente a lo largo de su vida laboral es el escenario perfecto para un problema social que tomará dimensiones preocupantes las siguientes décadas.
En 2010, los mexicanos en edad de retiro (más de 65 años) eran apenas 6.6% del total de la población, pero para 2030 serán 20.2%, de acuerdo con la proyección del Consejo Nacional de Población, y la situación se vuelve más compleja para 2050.
Entre 2045 y 2050, solamente habrá dos personas en edad de trabajar por cada persona jubilada en México y de acuerdo con un estudio de Global Aging Institute, México será casi tan viejo como Estados Unidos.
Estamos ante una bomba demográfica activada y que va a explotar. Las tasas de ahorro en México son insuficientes. Y si no ayudamos al mexicano a ahorrar más, esto va a generar un problema social
dijo Roberto Walker, presidente de Principal Latinoamérica, en entrevista con El CEO.
Por lo que la modernización al sistema de pensiones resulta inminente.
La presión que ejercen las pensiones y jubilaciones sobre el presupuesto federal es es inmensa. Las pensiones otorgadas al amparo de la Ley 73 son financiadas por el gobierno federal y pagadas a través del IMSS, que las registra bajo el concepto de “pensiones en curso de pago”.
Tan solo para el IMSS de cada 100 pesos que gastó en el primer trimestre del año, 67 pesos se fueron para el rubro de pensiones y jubilaciones. Entre enero y marzo, el IMSS gastó 147,569 millones de pesos, de los cuales, 98,661 millones fueron a pensiones y jubilaciones y, el segundo gasto más fuerte fue de servicios personales, con 41,486 millones de pesos.
La presión sobre el IMSS no está cerca de llegar a su fin. Las pensiones de los trabajadores que cotizan bajo la Ley de 1973 se dejarán de pagar hasta 2080, de acuerdo con el informe ‘El reto de financiar las pensiones de la “Generación de Transición”’ presentado por la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) el año pasado.
En el esquema de pensiones de la Ley del IMSS de 1973 -conocido como beneficio definido- los trabajadores activos aportan parte de su salario para financiar las pensiones de los trabajadores retirados, así se pagará una pensión vitalicia de acuerdo con el porcentaje del sueldo que establece la Ley.
Pero, en total, tan solo para este año, el gobierno contempló 877,464 millones de pesos en el Presupuesto de Egresos para el pago de pensiones y jubilaciones.
“Hay una presión muy importante financiera en el Seguro Social. Un sistema de pensiones para que funcione, necesariamente, tiene que pasar por la contribución de los trabajadores”, dijo Walker.
Principal pretende desarrollar un sistema ‘multipilar’ para que el trabajador mexicano ahorre más a lo largo de su vida productiva y pueda tener acceso a una vejez digna.
Los pilares son:
- Asistencia para ayudar a los mexicanos que no puedan ahorrar.
- Impulsar el ahorro voluntario, no solo a las Afores sino a cualquier vehículo que permita ahorrar de largo plazo.
- Fortalecer la tasa de ahorro para que deje ser de 6.5%, una tasa muy baja.
- Una regulación laboral que facilite a las personas que quieran y puedan trabajar en edad de jubilación, lo hagan.
Para los últimos dos puntos es necesario que distintos actores se pongan de acuerdo y, uno de ellos, el gobierno, termine por reformar ciertas leyes para poder desarrollar esos pilares.
Los sistemas tienen que evolucionar y adaptarse a la realidad del país y México está viviendo una bomba de tiempo. La definición de ahorrar el 6.5% no es de las Afores, es del gobierno y está en la ley y nosotros tenemos que acatarla, aunque hemos dicho sistemáticamente que ese 6.5% va a entregar pensiones malas
comentó Walker.
Las voces en contra
No todos aplauden lo hecho por el sistema privado de pensiones.
Una de las voces más críticas es la de la Organización Internacional del Trabajo que en un estudio presentado este año concluye que, la privatización del sistema de pensiones trajo consecuencias “nada favorables”, desde calidad de vida hasta desigualdad de género.
“Entre 1981 y 2014, 30 países privatizaron total o parcialmente sus pensiones públicas obligatorias, pero de ellos, el 60% terminaron por revertir la privatización, y teniendo en cuenta la evidencia acumulada de impactos sociales y económicos negativos, se puede afirmar que el experimento de privatización ha fracasado”, dice el estudio ‘La reversión de la privatización de las pensiones: reconstruyendo los sistemas públicos de pensiones en los países de Europa Oriental y América Latina’.
Uno de los números más desfavorables que acompañan a los que están próximos a pensionarse en México es su tasa de reemplazo -el porcentaje de su último sueldo que recibirán como pensión- que será de apenas 26% en promedio.
En Chile, país donde se inició el modelo de pensiones que hoy tiene en México, también tiene un problema con la tasa de reemplazo, la cual es insuficiente para una vejez digna. La tasa ronda 40%, cuando la expectativa era de 70%, lo que ha generado diversas protestas sociales.
El presidente Sebastián Piñera, presentó un proyecto de ley a finales de 2018 para hacer reformas al sistema de pensiones, como aumentar la tasa de cotización de los trabajadores. Hoy en día, apenas 25% de los chilenos apoya la gestión de Piñera y 50% la desaprueba.
Los ajustes
Para finales de año entrarán en vigor modificaciones al sistema de Afores, como cambios de régimen de inversión de sociedades a fondos de inversión y mayor exposición a activos extranjeros (como acciones).
Irremediablemente, para hacer frente y mejorar la tasa de reemplazo, y dar todas las herramientas necesarias para que el trabajador acceda a un mejor futuro también se necesitará de todos los jugadores del sector.
“Los sistemas tienen que evolucionar y tenemos que desarrollar una base de ahorro para que los trabajadores ahorren más y por más tiempo. Además, el gobierno, Afores, trabajador y empleador debemos involucrarnos para resolver de manera grupal el tema de las pensiones”, dijo Walker