“La victoria tiene 100 padres y la derrota es huérfana” es una de las frases más conocidas de Napoleón Bonaparte, conquistador francés del Siglo XVIII y que tiene gran validez hoy en día para todas las áreas y ocupaciones, como quienes son corredores de Bolsa o traders.

El 6 de mayo es, al menos para dos traders mexicanos, un día que rememora pánico, pérdidas y un parteaguas en sus carreras.

Un whiskey para olvidar

Desmayos, gritos y pantallas repletas de números rojos que reflejaban pérdidas fue como vivió un equipo de operadores el 6 de mayo de 2010. De ser una jornada como cualquier otra, en los últimos 15 minutos, la sesión pasó del miedo al terror y remató con pánico; el índice estadounidense Dow Jones marcó por segundos un derrumbe histórico.

Era un día normal, con movimientos de mercado dentro de los rangos esperados y 15 minutos antes del cierre, los monitores se tiñeron de rojo, las alertas colocadas con anterioridad empezaron a llenar mis pantallas como un virus de Windows 95, caídas segundo a segundo, que se iban incrementando a niveles nunca antes visto

recuerda José Luis De La Rosa, CEO y cofundador de Quant Dynamics Asesor Independiente.

Los principales índices de Estados Unidos ya habían sufrido presión esa semana. Dos días antes, el S&P 500, el Dow Jones y el NASDAQ Composite sufrieron ajustes de 2% cada uno, pero lo peor estaba por venir.

Minutos después de las 2:40 de la tarde del 6 de mayo, el Dow Jones empezó un descenso dramático, en segundos, el índice pasó de una de caída de 300 a 500 unidades y a las 2:47 ya acumulaba un descalabro de 1,000 puntos; hasta ese momento, una caída histórica.

“En 25 años de experiencia en el trading, el 6 de mayo de 2010 fue un día fatal”, dice De La Rosa.

El derrumbe se debió a la venta de 75,000 contratos de futuros referenciados al S&P 500 de la firma Waddell & Reed Financial, de acuerdo con una investigación de la Comisión de Bolsa y Valores que duró cinco meses. Waddell & Reed Financial ejecutó sus ventas y programó un algoritmo sin importar la hora o el precio de los contratos. 

Un compañero empezó a tener taquicardia, en tres minutos su cartera iba perdiendo 60%, una compañera vomitó en el cesto de basura y se desmayó. Los demás veíamos los monitores estupefactos. Yo era el trader en jefe y gritaba: ‘¡no toquen los teclados!, ¡no vendan nada!

En un lapso de minutos, el mercado accionario estadounidense borró un billón de dólares en capitalización, aunque previo al cierre logró recortar las pérdidas. Ese día, los índices cerraron con sus peores caídas en 13 meses (desde el 20 de abril del 2009) e hicieron recordar una época sombría de Wall Street: la quiebra de Lehman Brothers y la crisis subprime que estalló el 15 de septiembre de 2008.

“Fueron cinco o seis minutos de terror, pero así como sucedió esa caída estrepitosa, con la misma velocidad empezó a rebotar el mercado. En otros tres minutos, los precios regresaron a los mismos niveles a los que estaban antes de caer”.

Lo que en un momento se avecinó como un día aciago, pudo quedar sólo en un recuerdo ya que el equipo de De La Rosa no vendió ningún título y sus portafolios de inversión no sufrieron pérdidas, sin embargo, conforme pasaban los minutos se enteraban de que algunos de sus colegas perdieron su capital invertido en cuestión de segundos.

“Al día siguiente (viernes 7 de mayo), asistimos a la oficina en modo ‘observar’ y no hacer nada.  El viernes en la noche, tres botellas de whiskey nos hicieron olvidar un poco de lo vivido. Los siguientes días renunciaron tres de mis traders, fue una pérdida lamentable”.

Los operadores que llevaban menos tiempo se llevaron la peor parte. La presión que sufrieron en 20 minutos fue suficiente para que decidieran renunciar.

Víctima de los tuits de Trump

10 años después la historia se repitió. Donald Trump llegó a la presidencia en noviembre de 2016 con promesas como renegociar los tratados comerciales más importantes que tiene Estados Unidos, el TLCAN uno de ellos, frenar la migración y reducir el déficit con la segunda economía más grande del mundo, China.

Las tensiones entre Trump y China han escalado a tal nivel que hoy la guerra comercial es el tema que más preocupa a inversionistas, analistas y operadores.

“Mi peor día fue el 6 de mayo (de 2019)”, dijo un trader que prefirió el anonimato. “El mercado estaba en el hoyo después de que el domingo Trump se aventara unos tuits contra China”.

Una alta exposición al mercado estadounidense con acciones, fondos cotizados en Bolsa (ETF) y contratos de futuros hicieron vulnerable el portafolio del trader que terminó por pagar las consecuencias ante las amenazas arancelarias de Trump.

El viernes anterior, (3 de mayo) el S&P 500, el Dow Jones y el NASDAQ habían avanzado en promedio más de 1%. Desde el punto de vista técnico y fundamental, los índices lucían sólidos, pero un tuit bastó para darle la vuelta a los mercados.

Parecía que el rally del viernes se iba a extender, pero después de los tuits (de Trump) los futuros empezaron con caídas y prácticamente borré dos meses de rendimiento en esa semana

dice el trader.

El 6 de mayo solo fue una probada de lo que vendría para los índices los próximos días. Mayo fue el mes más adverso para las acciones desde diciembre de 2018. Tan solo el NASDAQ, donde las tecnológicas tienen gran peso, tuvo un ajuste de 7.93%.

El error fue no tomar mis pérdidas y ser disciplinado con mi estrategia. Aunque no podía anticipar lo que pasaría el lunes, mi estrategia decía que ese día debía tomar mis pérdidas y salir, pero no lo hice y se agravó la situación. Por fin, a mediados de mayo salí del mercado y a principios de junio volví a entrar.

Para finales de junio, el operador ya había recuperado lo perdido y su inversión estaba en máximos del año, “desde entonces he logrado salir bien librado de las demás correcciones simplemente siendo fiel y estricto con mi plan de trading“.