La perspectiva económica mundial sigue siendo extremadamente incierta, por lo que una mayor interrupción en la oferta de gas natural a Europa podría hundir a muchas economías en una recesión, alertó el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En un blog publicado antes de la reunión de funcionarios de Finanzas del G-20, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo que la invasión de Rusia en Ucrania ha oscurecido significativamente las perspectivas económicas y que el FMI se encaminaba a recortar su panorama para 2022 y 2023.

La semana pasada, Georgieva dijo que el fondo reduciría su pronóstico previo de un crecimiento del 3.6% en 2022 por tercera vez este año y aseguró que no podía descartar una recesión para 2023.

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Invasión en Ucrania llevaría a 71 millones de personas a la pobreza

Georgieva dijo que la invasión en Ucrania está causando una tragedia humana cada vez mayor, ya que los impactos relacionados con las materias primas están ralentizando el crecimiento y elevando los precios, lo que exacerba una crisis del costo de vida que amenaza con llevar a 71 millones de personas más a la pobreza extrema.

Los países deben hacer todo lo que esté a su alcance para reducir la inflación (…) porque una inflación persistentemente alta podría hundir la recuperación y dañar aún más los niveles de vida, en particular para los vulnerables,

declaró.

Agregó que las crecientes preocupaciones sobre la oferta de alimentos y energía también aumentan los riesgos de inestabilidad social.

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Países deben brindar respaldo a países pobres

Además, Georgieva aseveró que para evitar más hambre, desnutrición y migración, los países más ricos deben brindar respaldo urgente a quienes lo necesitan a través de nuevos fondos bilaterales y multilaterales, además de revertir las recientes restricciones a las exportaciones de alimentos.

La mayoría de los bancos centrales tendrían que continuar endureciendo su política monetaria, especialmente en países donde las expectativas de inflación están comenzando a desvincularse.

Afirmó que sin este tipo de incentivos esos países podrían enfrentar una “espiral destructiva de salarios y precios” que requeriría un endurecimiento monetario más contundente, con un daño aún mayor para el crecimiento y el empleo.

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Países con altos niveles de deuda deben reducir dependencia de préstamos

Las autoridades monetarias también deberían estar preparadas para utilizar intervenciones cambiarias o medidas de gestión de flujos de capital cuando los impactos externos fueran tan perjudiciales que no pudieran ser absorbidos únicamente por tasas de cambio flexibles, escribió Georgieva.

Los países con altos niveles de deuda deben reducir la dependencia de los préstamos en moneda extranjera y recortar el gasto fiscal para disminuir la carga de los préstamos cada vez más caros.

Pero dijo que también se necesitaban esfuerzos urgentes para reducir la deuda, especialmente en las economías emergentes y en desarrollo con altos pasivos en divisas, y señaló que alrededor del 30% de los países de mercados emergentes y el 60% de las naciones de bajos ingresos estaban ahora en problemas de deuda o cerca de ellos.

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Con información de Reuters