El secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, dijo que el plan mexicano para prohibir las importaciones de maíz genéticamente modificado se aplicaría al grano que se usa para productos alimenticios humanos, no para alimento para el ganado, según las recientes conversaciones que mantuvo con su par mexicano, Víctor Villalobos Arámbula.

Vilsack dijo que limitar la prohibición a los productos alimenticios marca una gran diferencia para los agricultores estadounidenses, que durante mucho tiempo han confiado en México como uno de los principales mercados de exportación.

“No va a tener un impacto tan grande como si fuera todo de una vez”, aseguró en un evento virtual organizado por el National Press Club.

Vilsack dijo que la Representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, también ha abordado el plan con México y que existe un proceso en el marco del T-MEC para plantear estos problemas.

Estoy seguro de que se seguirán planteando estas conversaciones y se expresarán preocupaciones. Tal como están, hay procesos que potencialmente podrían usarse,

dijo Vilsack

La Secretaría de Agricultura de México no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

México publicó a finales de 2020 una orden ejecutiva que busca prohibir en tres años el uso de maíz transgénico para consumo humano, pero no definió qué productos se incluirían. El gobierno se ha comprometido a sustituir las importaciones por producción local para 2024.

Víctor Suárez, subsecretario de Agricultura de México, dijo a Reuters el mes pasado que el plan cubre todos los alimentos que “eventualmente llegarán al consumo humano”.

El año pasado, las empresas mexicanas de piensos, alimento seco para el ganado, utilizaron alrededor de 11.1 millones de toneladas de maíz importado, la gran mayoría de las cuales provino de agricultores estadounidenses, lo que representó casi el 70% de las compras totales de maíz del sector durante el año, según datos de la asociación nacional de alimentos para animales CONAFAB.