El hallazgo de un explosivo en el buzón de la residencia neoyorquina del multimillonario y filántropo George Soros provocó la apertura de una investigación por parte del FBI.

Soros, quien se ha convertido en blanco favorito de grupos de derecha occidentales, no se encontraba en la residencia cuando uno de sus empleados llamó a la policía de la pequeña ciudad de Bedford -un reducto de ricos y famosos a unos 60 kilómetros de la ciudad de Nueva York- el lunes por la tarde, para informar que habían encontrado un paquete sospechoso en el buzón.

El empleado abrió la caja y, al ver algo que parecía ser un explosivo, “llevó el paquete a un área boscosa y llamó a la policía de Bedford”, según un comunicado del Departamento de Policía local.

El artefacto acabó siendo detonado por las técnicos del escuadrón antiexplosivos.

La policía federal, que hasta el momento no ha anunciado ningún arresto, no brindó ninguna otra información al ser contactada el martes.

El caso será investigado por la unidad antiterrorista del FBI. “No hay ninguna amenaza para la seguridad pública, y no tenemos más comentarios en este momento”, señaló en Twitter la oficina del FBI en Nueva York.

George Soros, un húngaro de origen judío que se hizo multimillonario gracias a los mercados financieros, se ha convertido en los últimos años en el chivo expiatorio de nacionalistas y conspiradores, tanto en Europa como en Estados Unidos, quienes lo acusan de apoyar la inmigración ilegal a través de su acción humanitaria y diversas fundaciones.

Entre otras embestidas, el presidente Donald Trump acusó al multimillonario, un importante donante de sus rivales demócratas, de financiar a los manifestantes contra la discutida confirmación en la Corte Suprema de Justicia de Brett Kavanaugh, quien había afrontado acusaciones de abuso sexual y afrontó un duro proceso legislativo para su aprobación.

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