El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) cierra el año con casi 20,000 millones de dólares de nuevo financiamiento para Latinoamérica y el Caribe y la mira puesta en capitalizarse y fomentar la inversión extranjera directa en la región.

Para el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, estas metas son esenciales para ayudar a superar la crisis causada por el COVID-19, que provocó una contracción de 7% del PIB regional en 2020, más de tres puntos porcentuales por encima del promedio mundial.

“Puedo decir con seguridad que no vamos a tener una década perdida en términos macroeconómicos. El PIB se está recuperando”, declaró.

Desafío

El gran desafío es cerrar las “enormes brechas socioeconómicas” que hacen de Latinoamérica y el Caribe la región más desigual del planeta, sostuvo.

“No es una coincidencia que sea la región más afectada por el COVID-19. Representa el 8% de la población global, pero acumula el 35% de las muertes en el mundo. ¿Por qué? Debido a las enormes disparidades” que tiene, aseveró.

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El primer presidente no latinoamericano del BID se congratuló por un proyecto de ley que avanza en el Congreso estadounidense con respaldo bipartidista, que autoriza hasta 80,000 mdd para capitalizar al prestamista regional. 

Litio y call centers

La capitalización del BID permitiría además a EU ganar terreno frente a China, devenido en los últimos años en el primer socio comercial de casi todos los países sudamericanos.

Para el presidente del BID, durante los últimos 20 a 30 años, Latinoamérica y el Caribe perdieron grandes oportunidades de desarrollo porque el mundo se volcó a China.

“Dos tercios del litio del mundo está en Sudamérica. China compra litio para fabricar baterías que luego vende a Estados Unidos. ¿Por qué no exportar directamente el litio de Sudamérica a México, hacer las baterías en México y luego enviarlas a Estados Unidos?”, señaló. 

Esto reduciría no sólo los precios, sino también las emisiones nocivas para el medio ambiente. Y crearía muchos puestos de trabajo en la región, argumentó.

Asimismo, el BID aprobó este año 2,300 mdd para fortalecer las cadenas de suministro regionales. Y trabajó con 16 países para identificar las ventajas del ‘nearshoring’, entre otros en el sector de semiconductores y en el textil. 

“Hemos hecho cosas geniales en Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Uruguay, Ecuador”, contó el titular del BID. 

Romper los estereotipos

Atraer inversiones que generen empleos y desarrollo a Latinoamérica y el Caribe es uno de los mayores retos para el presidente del BID.

El BID hizo cuatro foros de promoción de inversiones este año (en Belice, Brasil, Ecuador y Miami), que generaron una previsión de 55,000 mdd en acuerdos de negocios. Y programa una nueva ronda en 2022 en Panamá, Paraguay y Jamaica.

Pero las preferencias ideológicas en algunos países pueden impulsar la salida de capitales. 

“Mi objetivo es ayudar a romper los estereotipos”, afirmó el dirigente del BID.

Con Información de AFP