Joe Biden designó a la vicepresidenta Kamala Harris como la responsable de los esfuerzos de Estados Unidos para detener el flujo de migrantes de Centroamérica a través de la frontera sur y contener la creciente crisis política.

El anuncio en la Casa Blanca se dio mientras se reunía con los principales funcionarios de inmigración, incluido Alejandro Mayorkas, quien dirige el Departamento de Seguridad Nacional, que supervisa la seguridad fronteriza.

En los últimos meses, la administración de Biden ha estado luchando por contener la cantidad de niños que intentan cruzar la frontera entre Estados Unidos y México, lo que ha puesto al país en la búsqueda de instalaciones de atención adecuadas.

El nombramiento convertirá a Harris en el rostro de la respuesta de la administración de Biden a lo que se ha convertido en una de las mayores crisis políticas que ha enfrentado hasta ahora.

Los republicanos han culpado al gobierno de Biden por alentar a los migrantes a emprender el peligroso viaje hacia el norte, ya que ha revertido algunas de las políticas de línea dura de su predecesor.

Por su parte, la Casa Blanca ha dicho que está trabajando para arreglar un sistema roto dejado por la administración Trump.

A principios de este mes, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos dijo que más de 100,000 personas se encontraron en la frontera entre Estados Unidos y México en febrero.

La cifra incluye a casi 9,500 niños no acompañados, el número más alto desde mayo de 2019 y un aumento del 62% en comparación con enero.

Al nivel actual, los cruces fronterizos entre Estados Unidos y México están en camino de ser los más altos en 20 años, dijeron funcionarios de la administración Biden.

Si bien la administración Biden ha enfatizado repetidamente que la frontera sur de Estados Unidos permanece cerrada, ha suspendido una regla de salud pública de la era Trump que permitía la expulsión inmediata de menores no acompañados.

Sin embargo, ha continuado expulsando inmediatamente a otros migrantes.

La estrategia

Harris se involucrará en el trabajo diplomático con los países centroamericanos de donde proviene la gran mayoría de los migrantes que intentan cruzar la frontera sur, huyendo de la corrupción, la violencia y la pobreza que ha empeorado durante la pandemia del coronavirus.

El nombramiento de Harris es la última señal de un impulso diplomático por parte de la administración Biden para abordar las causas fundamentales de la migración, además de centrarse en la seguridad fronteriza.

Estados Unidos envió a tres diplomáticos de alto rango a México a principios de esta semana para trabajar en el desarrollo de ‘un plan de acción eficaz y humano para gestionar la migración’, según el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Mientras tanto, el Departamento de Estado nombró a Ricardo Zúñiga, exasesor de Obama para América Latina, como enviado especial para el triángulo norte.

México anunció la semana pasada que estaba reforzando la seguridad en su frontera con Guatemala, citando la necesidad de combatir el COVID-19.

Desde entonces, la fuerza policial militarizada de la Guardia Nacional de México se ha desplegado a orillas del río Suchiate en la frontera con Guatemala, uno de los principales puntos de cruce de migrantes.