El director general del Banco de Pagos Internacionales (BPI), Agustín Carstens, dijo este lunes que las normas aplicables a los agentes financieros no bancarios, como los fondos de inversión, deben reforzarse ya que podría desestabilizar el sistema financiero en caso de una crisis.

La institución indicó que la pandemia ha dejado al descubierto las vulnerabilidades de los agentes financieros no bancarios, argumentando que, al igual que los bancos, han sido sometidos a normas más estrictas desde la crisis financiera de 2007-2008, por lo que también deben reforzarse los requisitos para esta parte del sector financiero.

Este sector de finanzas, que incluye fondos de inversión, fondos especulativos, fondos de pensiones y compañías de seguros, proporciona valiosas fuentes de financiación para la economía, detalló Agustín Carstens en el informe trimestral.  

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“Cuando las cosas van mal, los intermediarios financieros no bancarios pueden desencadenar o amplificar las tensiones del mercado”, afirmó Carstens. 

También Carstens abogó por unas normas más estrictas, con el objetivo de empujarlos a acumular un “tesoro de guerra” durante las épocas de bonanza para limitar los daños en tiempos de tensión en los mercados.  

Cabe destacar que tras la gran crisis financiera de 2007-2008, se endurecieron las normas aplicables a los bancos, obligándoles a reservar una liquidez importante para poder resistir un choque en los mercados.  

Los activos financieros de estos intermediarios no bancarios ascendieron a 200 billones de dólares (177 billones de euros) en 2019, lo que representa casi la mitad del sistema financiero, estimó Claudio Borio, jefe del Departamento Monetario y Económico del BPI.