Producción de vehículos ligeros tiene su peor julio desde 2012
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Producción de vehículos ligeros tiene su peor julio desde 2012

Producción de vehículos ligeros tiene su peor julio desde 2012

La producción de vehículos ligeros en México se ubicó en 221,843 unidades en julio, su peor cifra para un mismo mes desde 2012, cuando se ubicó en 238,146 unidades, de acuerdo con datos del  Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El dato representó una contracción anual de 26.5% a 221,843 unidades, 79,972 menos que la fabricadas durante el mismo periodo del 2020.

En el acumulado enero-julio de este año, se fabricaron un millón 817,544 unidades, donde 76.2% pertenece a la fabricación de camiones ligeros y el 23.8% restante a automóviles.

Del mismo modo, el Instituto dio a conocer que las exportaciones automotrices registraron una cifra de 202,021 vehículos, lo que representa una caída anual de 23.63%, el menor nivel desde julio del 2009. 

COVID-19 y producción

La escasez de materiales ha impactado de forma directa en la producción y venta de vehículos, coincidieron especialistas consultadas por EL CEO. 

Gabriella Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, señaló en un reporte que dichas contracciones pueden ser resultado de la escasez de chips, semiconductores y otros componentes que la industria automotriz necesita.

 Durante el mes de agosto continuarán los paros técnicos derivados de la escasez de semiconductores y componentes. En la semana inició un paro técnico en la planta armadora de Toyota en Apaseo el Grande, Guanajuato. Mientras las plantas de General Motors en Silao, Guanajuato y San Luis Potosí ya tienen programados paros durante las siguientes semanas

 agregó la economista.

Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico en Monex, comentó que “la escasez de materias primas ha afectado, particularmente, a la industria automotriz”.

Cabe destacar que el paro de labores en las cadenas de producción y suministros mundiales se debe a las medidas adoptadas por los gobiernos del mundo para detener la propagación del virus COVID-19. Dichas medidas han desencadenado un choque en la oferta y la demanda, escasez de materias primas y productos, así como un aumento generalizado en los precios de los mismos; entre otras consecuencias.

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