La Secretaría de Hacienda recortó su estimado de crecimiento para la economía mexicana en 2020 ante los efectos que sufrirá por la pandemia del COVID-19, de acuerdo con los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2021.

Para este año, Hacienda, comandada por Arturo Herrera, prevé un crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) en un rango de entre -3.9% y 0.1%, esto desde un estimado de 1.5-2.5%.

La coyuntura actual es más compleja que la que podía haberse anticipado en septiembre de 2019, cuando se presentó el Paquete Económico 2020. En un periodo muy reducido el panorama económico global se ha deteriorado de forma rápida y significativa

dijo Hacienda en los Pre-Criterios.

El documento indica que, las medidas sanitarias necesarias para la contención de la pandemia están generando efectos negativos importantes sobre la actividad económica, la disrupción de las cadenas de suministro a nivel global, mayor incertidumbre, así como volatilidad en los mercados financieros en todo el mundo.

Para la Mezcla Mexicana, prevé un precio promedio de 24 dólares, lejos de los 49 que tenía proyectados para este año.

El documento señala que, además de los impactos del COVID-19, que generan una menor demanda por las materias primas, la situación del mercado petrolero se ha visto exacerbada por la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, que ha resultado en una mayor disminución en los precios de los energéticos a nivel global.

Con el nuevo escenario para 2020, Hacienda replanteó sus consideraciones para las finanzas públicas con un estimado del PIB de -2.9% y así, estima que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) ascenderán a 4.4% del PIB; el balance público registrará un déficit de 3.3% del PIB; mientras que el balance primario se ubicará en -0.4% del PIB.

Para 2021, Hacienda proyecta un crecimiento para la economía mexicana en un rango de 1.5 a 3.5%, con un punto medio de 2.5%. En materia de finanzas públicas, en 2021  prevé una disminución de los RFSP a 4.0% del PIB, un déficit público de 3.5% del PIB y un déficit primario de 0.6% del PIB.

Vienen medidas de apoyo a empresas y hogares

La pandemia del COVID-19 tendrá efectos sobre la economía global, para la que incluso ya se espera una contracción de 1.5%.

En este escenario, Hacienda indica que, el gobierno de México dispone de diversos amortiguadores financieros y fiscales y, además prepara un conjunto adicional de acciones, que ayudarán a mitigar los efectos de los choques externos e internos sobre la economía, la liquidez internacional y las finanzas públicas; contribuirá a enfrentar los retos en materia de salud, empleo y liquidez de las empresas y los hogares en el corto plazo, protegiendo los ingresos y el bienestar de los grupos más vulnerables de la población, lo cual fortalecerá la demanda agregada para reactivar la economía en el mediano plazo.

Se espera que las medidas sean anunciadas el domingo 5 de abril por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Menor recaudación

Con el nuevo panorama, Hacienda también recortó su estimación para los ingresos presupuestarios para este año, para los que ahora espera 5.23 billones de pesos, desde un estimado de 5.52 billones. Para los ingresos tributarios prevé una recaudación de 3.35 billones, esto es, 154,982 millones de pesos menos.

Mientras que para el gasto neto presupuestario prevé 6.032 billones de pesos, lo que implica una reducción de 37,743 millones de pesos frente a los 6.070 billones estimados antes.

Amortiguadores

Entre los amortiguadores con los que cuenta el gobierno, Hacienda destaca: i) fondos y reservas para enfrentar contingencias en materia de salud, incluidas las de tipo epidemiológico; ii) recursos en el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), que al cierre de 2019 eran de 158,400 millones de pesos.

También están las reservas internacionales por 185,500 millones de dólares, una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional por 61,400 millones de dólares y líneas de intercambio de divisas con la Reserva Federal y  con el Tesoro de Estados Unidos por 60,000 y 9,000 millones de dólares, elementos destinados a hacer frente a problemas potenciales de liquidez internacional y de balanza de pagos.

Hacienda también menciona las coberturas petroleras tanto del gobierno federal como de Pemex para compensar la disminución de los ingresos ante reducciones en los precios del energético.