El secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, defendió este jueves ante la Cámara de Diputados su estrategia de refinanciamiento de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) por 5,000 millones de pesos.
El movimiento, anunciado a mediados de este mes, busca incrementar la liquidez de la petrolera y reducir el saldo de su deuda financiera, que asciende a 105,000 millones de dólares.
“Esta transacción ha sido extraordinariamente bien recibida en los mercados y tan solo en la operación de 7,500 millones de dólares (una colocación de bonos a siete, 10 y 30 años) se tuvo una demanda cinco veces superior”, dijo Herrera en comparecencia.
Inversionistas de Estados Unidos, Europa, Asia, Sudamérica y Medio Oriente mostraron interés por los bonos de la petrolera, aseguró el funcionario.
La medida de la Secretaría de Hacienda representa un ‘salvavidas’ para Pemex, que debe sortear un complicado proceso de reestructuración. Sin embargo, no es una respuesta definitiva para atender los problemas que la aquejan, coinciden expertos.
“Esto (el refinanciamiento de la deuda) representa para Pemex un alivio en el corto plazo en término de sus flujos de efectivo. Es muy importante porque estamos en un momento de transición para Pemex y le sería muy oneroso cubrir los vencimientos ahora, cuando se pueden renegociar a 10 o 15 años”, dice Luis Miguel Labardini, socio de Marcos y Asociados.
El refinanciamiento de la deuda es una práctica común entre todas las empresas, que no debe sorprender y que resulta positiva en general, considera el experto.
La medida de Hacienda permitirá fortalecer la producción en Pemex y ‘darle oxígeno’ durante su proceso de reestructura.
Es un paso importante para la reestructura; se espera que tenga un efecto en los próximos cinco años
, considera Ignacio Martínez Cortés, director del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Sin embargo, las calificadoras de riesgo Fitch y Moody’s no han visto con muy buenos ojos la estrategia de Hacienda, por considerar que no soluciona los problemas estructurales que tiene la empresa productiva del Estado dirigida por Octavio Romero Oropeza.
Fitch, la única calificadora que tiene en grado especulativo la nota crediticia de la petrolera, considera que Pemex sigue invirtiendo menos de lo que requiere en exploración y producción, lo que contribuiría a una caída de producción y reservas.
En tanto, Moody’s descartó mejorar la calificación de Pemex en el corto plazo.
Rescate a Pemex, prioridad del gobierno
El refinanciamiento de deuda de Petróleos Mexicanos llevado a cabo por Hacienda va en línea con la política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien en más de una ocasión ha dicho que hará lo que sea necesario para sanear las finanzas de la petrolera.
Para el próximo año, el gobierno federal dará “apoyos” por 86,000 millones de pesos en capitalización y reducción de impuestos.
La medida, que aumentará 37% los ingresos de Pemex, tiene el ánimo de impulsar los ingresos propios de la petrolera y “dejar de desangrarla”, dice Martínez.
“La petrolera no tenía desde adentro forma de invertir porque 90% de lo que generaba se consideraba impuesto, entonces dependía de los rescates del gobierno. Ahora se está tratando de impulsar el ingreso propio”, considera el experto.
Además, la administración de López Obrador estima que Pemex incremente su producción de crudo desde los 1.7 millones de barriles por día a 1.9 millones de barriles por día a finales de 2020, de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica.
El incremento en la producción es positivo para la petrolera, en opinión de los especialistas, aunque todavía falta conocer los resultados de las nuevas medidas.
Pemex tomó una buena decisión en invertir en sus mejores apuestas, que son aguas someras y tierra, pero el problema es que no ha invertido tanto como se había esperado debido a problemas burocráticos
, considera Labardini.
El especialista de Marcos y Asociados espera ver los primeros resultados en la estrategia de Pemex a principios de 2020.
“La transición ha sido muy difícil. Este año ha sido difícil para todos, pero la impresión que tengo es que el nuevo Pemex está empezando a prender mostrará mejores resultados”, dice.