El pesimismo ha sido la constante en torno a las cifras de creación de empleo en mayo en las últimas semanas, sin embargo, el rumbo del mercado laboral de México es más complejo que los últimos datos que, además, no representan una debacle, de acuerdo con algunos especialistas.
En mayo se crearon 3,983 nuevas plazas, lo que contrasta con las 33,966 generadas en el mismo mes de 2018. Las cifras muestran una tendencia de desaceleración que inició en el segundo semestre de 2018.
(Los datos) son una confirmación de una tendencia a la baja que inició el año pasado. Sí debemos notar que el empleo sigue creciendo, pero sin lugar a dudas el crecimiento es menor que hace un año; explicar los factores no es tan fácil
comentó David Kaplan, economista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
En términos anuales, la desaceleración en el ritmo de creación de empleos inició en junio del año pasado.
Sí, hubo una generación baja de empleos en mayo, pero el acumulado no es catastrófico y es parte de lo que pasa con el ciclo económico (…) El acumulado enero–mayo está dentro de los mejores de inicio de sexenio
dice en un reporte Visor Financiero.
En medio de esta debilidad del empleo formal, la masa salarial aumentó 4.6% entre el primer trimestre 2019 y el cuarto trimestre de 2018, al pasar de 189,379 millones a 198,103 millones de pesos, el mayor aumento trimestral desde que existe la serie (2005), de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Mientras que el porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria, es decir, aquellas personas que no pueden comprarla solo con el ingreso de su trabajo, tuvo una disminución anual, al pasar de 39.1% a 38.7% entre el primer trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2019.
Entre los factores que explican esta baja está el aumento anual de 2.7% en el ingreso laboral real, es decir, tomando en cuenta la inflación.
“Una valoración global debería reflejar cierta preocupación por un menor crecimiento de empleo formal y un pequeño aumento de la tasa de informalidad, pero también con cierto optimismo de una recuperación de los salarios”, dijo Kaplan.
No obstante, algo que sí debe empezar a preocupar es el debilitamiento del mercado interno, que puede presionar más la creación del empleo formal, ya que en conjunto, los componentes de la demanda interna representan 70% del PIB.
En el primer trimestre del año, el consumo privado creció apenas 0.2%, el consumo del gobierno cayó 1.3%, mientras que la formación de capital fijo bruto cayó 3.2%, por mencionar algunos componentes.
Hay indicios de una recuperación de los salarios y por el lado del empleo formal, tampoco es cosa de apanicarse, pero amerita atención el menor aumento de empleo del IMSS que es una continuación del año pasado
comentó Kaplan.