Al inicio del 2023, el consumo privado desaceleraría por la continuidad de una elevada inflación –más la famosa cuesta de enero– y del ciclo alcista de la tasa de interés, factores que debilitan el poder de compra de las familias mexicanas y aumentan los costos financieros.

El Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP), que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reveló que en enero pasado se registraría un incremento mensual de 0.08%.

IOCP

 

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Esta variación, ajustada por estacionalidad, sería inferior al crecimiento de 0.49% de diciembre del año pasado, mes que se benefició de la derrama derivada de las fiestas navideñas y de la Copa del Mundo FIFA 2022.

Además, el incremento de 0.08% del IOCP representó el peor inicio de año desde el 2018, cuando el indicador cayó 0.71%, es decir, en un lustro.

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Merma en el bolsillo

El principal factor que merma el bolsillo de los mexicanos es la inflación, que en enero ascendió a 7.91% anual, la tasa más elevada para un primer mes de año desde el 2001, cuando se colocó en 8.11%.

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Para subsanar esta situación –revertir la tendencia ascendente de los precios al consumidor– el Banco de México (Banxico) endureció su política monetaria.

En su último anuncio elevó la tasa de referencia en 50 puntos base, situándola en 11.00%, escenario que encarecerá el financiamiento, particularmente el correspondiente al consumo.

Erosión en el consumo

Para Monex, es probable que los precios impacten a la baja sobre las cifras de crecimiento económico a través de la erosión en el consumo, por lo que el descenso de la inflación es una prioridad para varios de los frentes de la política económica.

Aunque esperamos que la inflación anual descienda de manera continua entre febrero y junio, la vulnerabilidad sigue siendo amplia y mantenemos nuestro pronóstico de 5.2% al cierre de año

advierte el grupo financiero.

Por su parte, Ve por Más (Bx+) anticipa que la variable seguirá moderándose, pero permanecería relativamente elevada y sólo volvería a ubicarse debajo del 4.00% anual (límite superior del rango de tolerancia del Banxico) hasta inicios de 2025.

Añade que la latencia de los conflictos geopolíticos implica la posibilidad de que vuelvan a afectarse las cadenas de suministro y la cotización de materias primas.

Respecto a la demanda, anticipamos que el consumo se desacelere, por la dilución del poder adquisitivo y costos financieros más elevados

señala Bx+.

Perspectivas cautelosas

En tanto, Banorte sigue cauteloso respecto a los posibles efectos derivados del incremento al salario mínimo –así como su impacto en el resto de la curva salarial– sobre los costos de las empresas y si resulta en un traspaso a los precios finales.

Mientras para Grupo Financiero Base, existen presiones en México por el lado de la demanda, por el incremento en los costos salariales y por el elevado déficit fiscal observado en el 2022.

Para 2023 se mantiene la expectativa de desaceleración gradual de inflación, para cerrar el año en 5.10%. Sin embargo, debido a que siguen observándose presiones sobre el componente no subyacente de servicios, se ha elevado el riesgo de revisiones al alza

detalla Base.