Las obras insignia del gobierno federal y el impulso que está generando el nearshoring en la disponibilidad de parques industriales inyectaron dinamismo al sector de la construcción.

Esta industria agudizó su periplo por terrenos negativos durante la pandemia de COVID-19, aunque previo a la contingencia sanitaria su escenario era desalentador.

De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el nivel de producción del sector constructor creció 19.5% a tasa anual durante septiembre del 2023.

Dicho resultado significó, además de registrar 11 meses con alzas al hilo, conseguir por quinta ocasión consecutiva un aumento de doble dígito; cabe recordar que presentó caídas seguidas entre mayo del 2019 y marzo del 2021 (23 meses).

Desde principios de este año, el principal impulso ha provenido de las obras de ingeniería civil (donde se incluyen los proyectos gubernamentales). El rubro de edificación ha sido más estable, con los trabajos especializados también ganando algo de fuerza

indica Banorte.

Al interior, reconoce algunos determinantes, como, del lado positivo, la construcción de espacios dedicados a la industria, detonados por los esfuerzos de nearshoring; y de lado negativo, la edificación de vivienda que ha permanecido deprimida.

Aceleración del gasto gubernamental

Desde el 2021 se observa un mayor esfuerzo por parte de la Federación en la asignación de recursos para sus proyectos prioritarios, pues considerando el Paquete Económico 2024 se presentó una tasa de crecimiento promedio anual de 29% cada año.

El grupo financiero detalla que para el Tren Maya, con una erogación de 218,900 millones de pesos entre los años 2019 y 2022, se tiene contemplado un gasto de 143,100 millones en el 2023 y 120,000 millones más en el 2024.

Las dos últimas obras publicas relevantes por inaugurarse en la primera mitad del próximo año serían el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y el Tren Suburbano Lechería-AIFA, con presupuestos para el 2024 de 21,100 millones de pesos (+170.3% anual real) y 2,000 millones (+56.2%), respectivamente.

Interés en espacios industriales

El otro factor que ha incentivado al sector de la construcción es el nearshoring. Según la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), el porcentaje de espacio industrial disponible al segundo trimestre del 2023 fue de sólo 2.0% a nivel nacional.

La demanda por este tipo de inmuebles se ha concentrado en la zona norte, con varias ciudades en las cuales la disponibilidad es nula, y en el Bajío, cuyo principal uso es para las manufacturas, destacando autopartes; electrónicos y electrodomésticos; y maquinaria y herramientas, ahonda Banorte.

Actualmente, la AMPIP identifica al menos 430 parques industriales –en 27 estados– con una superficie de alrededor de 44 millones de metros cuadrados. Además, la asociación pronostica la construcción de 8 millones de metros cuadrados entre 2023 y 2025, lo que equivaldría a alrededor de 50 parques industriales

explica el grupo financiero.

También destaca otro proyecto de largo alcance, que es el desarrollo de 10 parques industriales en el Istmo de Tehuantepec que formarán parte de los Polos de Desarrollo del Corredor Interoceánico, donde las empresas manufactureras que decidan establecerse en dicha zona contarán con estímulos fiscales.

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