Ana Botín, presidenta ejecutiva de Santander, será la primera mujer en presidir el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), nombramiento que la convertirá en la más destacada lobista de la banca mundial.
Botín, miembro del consejo de administración del IIF desde 2014, sucederá a Axel Weber, miembro del consejo de administración de UBS, que concluye su mandato como presidente a finales de año, dijo el organismo financiero.
El mandato de Botín comenzará en enero de 2023, coincidiendo con el 40º aniversario del instituto.
Nunca ha habido un momento más importante para una industria de servicios financieros vibrante e innovadora
dijo Botín en un comunicado del IIF
It is an honor to have been elected by my peers as Chair of the @IIF, a critical voice of the global financial services industry. Thank you to outgoing Chair Axel Weber for your strong leadership, particularly during the COVID-19 crisis in which banks played such a positive role. https://t.co/HNwbexoe8H
— Ana Botín (@AnaBotin) October 13, 2022
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Retos en el sector financiero
Entre otros muchos retos, el sector financiero está tratando de transitar entre el fomento de la estabilidad financiera mundial, el apoyo al crecimiento económico y la gestión prudente del riesgo.
Con la posibilidad de que algunos países de Europa entren en recesión provocada por el aumento de los precios de la energía, los bancos también podrían tener que hacer frente en el futuro a mayores provisiones.
Esto, debido al aumento de las insolvencias entre las empresas más afectadas.
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IIF, voz clave del sector financiero
El IIF ha sido una de las principales voces del sector de los servicios financieros y, durante el mandato de Weber, puso en marcha un flujo de trabajo sobre financiamiento climático y sostenibilidad.
Además, se mantuvo permanentemente ocupado de los mercados emergentes y la deuda soberana.
Durante la crisis de la deuda soberana europea, el IIF ayudó a coordinar las conversaciones en 2011 entre las entidades bancarias y el gobierno griego, ya que los bancos griegos eran los mayores tenedores privados de la deuda pública del país.
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Con información de Reuters
