Nota del editor: Este texto fue actualizado el  21 de agosto a las 4:30 pm. 

Urbi es una de las vivienderas que ha tenido un 2019 complicado a causa de menores ingresos a los esperados, menos financiamiento de la banca privada y un menor interés de los inversionistas que la ven en un escenario complejo.

Y ahora enfrenta además un cambio de liderazgo, pues Román Álvarez Varea presentó su renuncia como director general de Urbi.

“Como parte de nuestro Plan de Dirección, hemos acordado iniciar la etapa, previamente planeada, en que estaremos cerrando mi ciclo como director general de Urbi a finales de este año”, dijo Álvarez en un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores el 21 de agosto.

Los problemas de la desarrolladora, que salió de concurso mercantil en 2016, la acompañan desde finales de 2018.

En los últimos meses de aquel año, el consejo de administración de la empresa aprobó un plan de negocio que incluía inversión en obra por 600 millones de pesos y la adquisición de nuevos proyectos por alrededor de 115 millones de pesos.

Sin embargo, lo pensaron dos veces y ante el escenario adverso al inicio del 2019, redujeron sus expectativas y modificaron el plan. Los 600 millones de inversión en obra se redujeron 80%, a 117 millones, y se optó por no adquirir nuevos proyectos.

Además establecieron como objetivo la reducción del 40% de los gastos operativos, por lo cual redujeron la masa salarial. Es decir, enfrentaron un recorte de personal.

En 2017 contaba con 514 colaboradores y en 2018, con 28% menos ingresos con respecto al año anterior, se quedaron con 327 personas. A junio de este año ya solo son 191 empleados, de acuerdo con los reportes anuales presentados a la Bolsa Mexicana de Valores.

Otras fuentes de liquidez

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia se redujo la entrega del subsidio a la adquisición de vivienda social, lo cual obligó a la mayoría de las vivienderas, como Urbi, a enfocarse en segmentos de vivienda media y residencial.

También aplicaron otras medidas, como desplazar inventario originalmente previsto para el desarrollo de vivienda, a través de su línea de negocios B.2, que se refiere a la venta de terrenos. Sin embargo no tuvo el éxito esperado.

Nuestro plan de desincorporación de activos no estratégicos se soporta en buena medida en inventarios de tierra perfilados al desarrollo de vivienda de interés social y a la productividad que el resto de las empresas del sector puedan tener en estos nichos de mercado. Por ello, la disminución en la oferta de este tipo de vivienda por buena parte de los desarrolladores de vivienda en el país, ha compactado los ingresos esperados de la venta de tierra de nuestra Línea B y consecuentemente nuestra liquidez,

indica el reporte.

Otro de los factores que ha limitado a la empresa es un menor acceso a financiamiento, dado que las instituciones bancarias han sido cautelosas con Urbi, según señalan.

Aunque no se trata de una situación generalizada con otras desarrolladoras de vivienda, opina Armando Rosales, analista en Signum Research.

“En general no hemos visto que se haya mostrado una complejidad de obtención en los préstamos bancarios a las empresas del sector. Entre las empresas a las que damos seguimiento ninguna ha observado que se le ‘cierre la llave del financiamiento’” dijo el analista.

El CEO buscó a otros analistas independientes que dan seguimiento a la empresa, como el despacho 414 Capital, sin embargo destacaron que desde el 2018 habían terminado la relación con Urbi. El último reporte que elaboraron corresponde al segundo trimestre de ese año.

En el documento señalaron que la empresa tuvo retrasos en la construcción de seis proyectos de vivienda, principalmente derivado de mayores tiempos para el fondeo de los desarrollos, así como en la gestión en la obtención de permisos y autorizaciones.

Al segundo trimestre de 2019, Urbi reportó que en los primeros seis meses del año percibieron 181.5 millones de pesos en ingresos, el equivalente al 36% de la meta anual y no son muy optimistas con respecto a sus ventas.

“Nuestras operaciones de venta de vivienda se centran en 11 proyectos a lo largo de siete ciudades principalmente en el segmento de vivienda media, los cuales serán reducidos aproximadamente a tres ciudades hacia finales de año”, leía el reporte.

Y continuaba: “Esta concentración nos ha permitido seguir desplazando nuestro inventario en proceso, el cual no esperamos que sea repuesto en lo que resta del año. Debido a lo anterior, prevemos que al arranque del 2020 nuestras operaciones de venta de vivienda serán muy bajas, focalizando nuestra actividad principalmente en la venta de tierra, proyectos de vivienda y otros activos a través de nuestra Línea B”.

Millones insuficientes

Ante la situación, decidieron obtener recursos a través de sus inversionistas. El 30 de julio informaron sobre los resultados de la suscripción de acciones, pero se quedaron cortos. De los 100 millones de pesos aprobados, solamente recabaron 64.8 millones.

Los ingresos son suficientes para mantener estable la operación, sin embargo les hacen falta más para propiciar el crecimiento de la empresa.

Esta inyección de recursos nos permitirán transitar la coyuntura actual con una operación más estable. Sin embargo, el resultado de esta capitalización por debajo de lo esperado, nos lleva a analizar distintas alternativas de fondeo entre las cuales se encuentran la venta de tierra, venta de oficinas o activos estratégicos, e inclusive un posible nuevo aumento de capital,

Román Álvarez, director general de Urbi en un comunicado enviado a BMV.

Las acciones de la empresa, que se encuentran entre las de precio más bajo tuvieron una recuperación de 53% al cierre del 13 de agosto, cuando abrió con 1.62 y cerró en 2.46 de acuerdo con la información de Bloomberg.

EL CEO buscó entrevista con Urbi, sin embargo hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta.