Con 8.8 millones de metros cuadrados construidos, México se posiciona como el segundo mercado más importante de Latinoamérica, detrás de Brasil, que acumula 9.9 millones de metros.
Se distribuyen en Guadalajara, con 0.58 millones de metros cuadrados; Monterrey, con 1.2 millones de metros cuadrados; y la Ciudad de México, con 6.3 millones de metros cuadrados, según datos de la firma CBRE.
Esta oferta corresponde a inmuebles Clase A y A+ identificados con los precios de salida más altos. Lo que los diferencía de la oferta tipo B y C, además del precio, son factores como ubicación y calidad del inmueble.
Los espacios Clase A deben cumplir con características como ubicarse en distritos financieros, brindar amenidades a los inquilinos, contar con certificaciones ambientales y tener amplia capacidad de estacionamiento, además de ser inmuebles de reciente construcción. En la Ciudad de México representa 63% del total.
Por cantidad de inventario, los corredores más importantes son Santa Fe, Polanco e Insurgentes que suman en conjunto 3.18 millones de metros cuadrados.
Sin embargo no son los que cuentan con los precios de salida más altos; los corredores mejor cotizados son Lomas Palmas, Reforma Centro y Bosques.
“Lo que determina el precio es la ubicación, la existencia de infraestructura, servicios y claro que el mismo edificio. Aunque en algunos también tiene que ver que la zona es cara, como el caso de las Lomas” explica Fernanda Trillo, vicepresidente ejecutivo de Coldwell Banker.
Sin embargo diversos factores han detenido el dinamismo del mercado, como la incertidumbre, la volatilidad del dólar y el entorno político adverso.
“De abril de 2018 a abril de 2019 el mercado de oficinas ha tenido meses muy lentos y hemos visto picos y valles que no se habían observado en los últimos años”, aunque el principal tema es la sobreoferta de inventario.
En los próximos dos años se añadirán al inventario de la CDMX 1.7 millones de metros cuadrados de proyectos que se encuentran actualmente en construcción
“Han salido a comercialización muchos proyectos construidos el año pasado y antepasado. Lo que vemos es que la absorción es menor”.
Esta circunstancia podrá llevar a un ajuste de precios a la baja, además de que está favoreciendo que los desarrolladores y administradores de oficinas que cierran contratos en dólares ahora comienzan a tener más actividad en pesos mexicanos.
Además de que inquilinos que ocupaban espacios Clase B con el ajuste de precios están optando por opciones Clase A.
La oferta de espacios Clase B se asocia con edificios de oficinas más antiguos que han recibido mantenimiento y se encuentran en buenas condiciones. Mientras que la Clase C suelen ser inmuebles antiguos que no necesariamente fueron construidos para albergar oficinas, pero que han sido reconvertidos para esa función.
La oferta de estos segmentos suma 3.4 millones de metros cuadrados en la CDMX, según estimaciones de la empresa de análisis inmobiliario Solili.
De este segmento los corredores más importantes son Insurgentes, Polanco y Reforma
De acuerdo con la especialista este fenómeno se dió con mayor claridad a partir del sismo de 19 de septiembre de 2017.
“Con la sobre oferta y la disminución en los precios muchas empresas están teniendo la oportunidad de mover sus oficinas a mejores ubicaciones”