La industria turística, una de las más golpeadas por el COVID-19, se prepara para reanudar operaciones cuando las autoridades lo indiquen, aunque se requiere considerar factores sociales a los que se incorporará ‘la nueva normalidad’.

“La realidad sociopolítica de México podría amplificar o alterar los efectos internos de la crisis resultante y debe tenerse en cuenta cuando se planifica una eventual recuperación. El asunto en cuestión es pensar en qué circunstancias acechan en el camino hacia la recuperación” indica el documento ‘Drivers and sociopolitical considerations for recovery’, del Institute for Strategy and Development Research (ISD).

Las principales consideraciones, según el documento, son en primer lugar la profesionalización en la cadena de valor de los destinos, pues eso se traduce en mejores experiencias para los viajeros.

También la responsabilidad y el cuidado del medio ambiente, ya que “son valores que algunos viajeros quieren ver reflejado en las compras que hacen” .

Uno de estos factores ambientales es el consumo de agua y su escasez, que no solo puede incidir en la continuidad de los negocios, sino que representan problemas de calidad de vida dentro de los destinos y pueden derivar en conflictos sociales.

Los protocolos de higiene aumentaron el uso del agua y el desperdicio. Algunos destinos turísticos ya se enfrentaron al agua la escasez y las organizaciones locales disruptivas podrían usar la causa para obtener ganancias políticas si los gobiernos y las empresas no abordan los problema,

indica el reporte.

Con lo anterior se relaciona además el incentivo a otros formatos de turismo no masivo, por ejemplo el que se hace en zonas naturales protegidas que al tener menor hacinamiento que otros destinos es ahora una opción segura de viaje para los turistas, así lo señaló el investigador Ludger Brenner durante una conferencia virtual organizada por la Secretaría de Turismo.

Por otro lado, el ISD considera que “los planes de recuperación serán exitoso si provienen de una visión sistémica con énfasis en el desarrollo regional”.

La experiencia privada

Empresas como Wyndham Hotels & Resorts, con presencia global, que ha tenido que lidiar con la pandemia en más de una región, coinciden en que la recuperación se dará desde los mercados domésticos de cada destino.

“La recuperación se visualiza en los viajes de placer, hablamos del reencuentro familiar de poder pasear con tu familia dos tres días, eso es lo primero que se está recuperando en el mundo y creemos que en México será en el mismo sentido, el viajero corporativo también lo vemos a nivel doméstico, de los que necesitan estar viajando para mantener su negocio”, dijo en entrevista Jimena Faena, Vicepresidenta de Marketing, Lealtad y Comunicación de Wyndham Hotels & Resorts para Latinoamérica y el Caribe.

Y aunque no se sabe con certeza cuándo se recuperarán los niveles de ocupación visto en los hoteles antes del brote de SARS-CoV2, no tiene duda de que el sector renovará su dinamismo.

“No hay una sola estimación o previsión de que la gente deje de viajar, no viajan porque por ahora no pueden, no porque no quieran” destacó, por lo cual considera que sigue siendo un buen sector para la inversión.

Lo que hay que asegurar, dice, es que los hoteles y los destinos puedan recibir esa demanda cuando se recupere y hacerlo con seguridad. Para lo primero están trabajando en promociones “agresivas y fuera de lo común para la cadena”, de las cuales darán detalles en las próximas semanas.

Para recuperar el turismo sin riesgo, se trabaja en las adecuaciones de manera específica en cada ubicación, la cual es visitada por especialistas y se determina con base en su disponibilidad espacial, por ejemplo, qué tipo de amenidades puede mantener, como el uso de gimnasios o albercas.

Lo principal es incentivar la distancia social

Jimena Faena.

Una forma de hacerlo es retirando el servicio buffet e incentivando el servicio a la habitación, además de facilitar los procesos de registro de salida y de entrada sin tener contacto físico, mientras que la sanitización de los espacios está enfocada según las posibilidades de transmisión del virus.

La experiencia en distintos países, les ha permitido generar los protocolos, pues se vivió primero la reapertura de los hoteles en China, los cuales hasta el momento se encuentran entre 30% y 45% de ocupación, mientras que en Estados Unidos estos.

En Estados Unidos, el 90% de los hoteles de la cadena transitaron abiertos durante el periodo de confinamiento, porque la mayoría de las ubicaciones está en zonas urbanas, aeropuertos, o en zonas donde eran necesarios para la gente con trabajo de primera necesidad y se tuvieron que hacer hoteles seguros .

En México, las restricciones de actividad continúan, sin embargo, según las estimaciones de Wyndham, las reaperturas podrían comenzar durante junio.

“Hoy los hoteles cerrados son 31 de los 56 que hay en México, pero todos los días se están abriendo hoteles. La mayoría de los cerrados tienen proyección para abrir ésta semana o la que viene o tienen proyección para junio principalmente porque están en centros industriales. Quizá lo que pudiera tener cierta demora son los hoteles resort y conceptos de todo incluido, de eso no tengo la confirmación de que puedan operar”.

Aunque a nivel global la empresa tuvo que posponer los gastos de capital, reagrupar las regiones de negocio para reducir de cinco a tres y con ello disminuir la estructura corporativa en 480 plazas según el reporte del primer trimestre del 2020.

Pese a ello en México los planes de expansión continúan, aunque los hoteles que están actualmente en marcha podrían atravesar retraso en la obra por la suspensión de actividades no se espera que se cancelen o quede inconcluso, con lo cual esperan inaugurar 10 hoteles en los próximos cinco años.