Bajo el nombre LatAm OceanRE & MilCoin Network, César y Cuauhtémoc Hank, nietos del empresario Carlos Hank González buscan lanzar una criptodivisa (Milcoin) la primera criptomoneda de segunda generación respaldada en bienes raíces, según su definición.

El 21 de febrero de 2019 se realizará la Initial Coin Offering de Milcoin, los recursos obtenidos serán utilizados para desarrollar un portafolio consistente en 5,000 hectáreas de tierra ubicadas en Baja California, Baja California Sur, Quintana Roo, Campeche y Tabasco en las que buscan desarrollar al menos 10 centros turísticos y de entretenimiento, villas residenciales así como adquirir 28 hoteles que ya se encuentran en operación, de los cuales no se especificó su ubicación.

9,000 millones de dólares es el valor total del portafolio, indica Steven Swartz, director general de Mercadotecnia de LatAm.

Y aunque los representantes de esta empresa se sienten orgullosos de ser los primeros en utilizar criptodivisas respaldadas en bienes raíces, Tomás Álvarez Melis, director general de Volabit, primera plataforma de intercambio de criptomonedas en México considera que “más que como una moneda, los token – en este caso milcoins- están representando la tenencia de un bien raíz” más similar a la participación adquirida por medio de una Fibra o de crowdfunding.

“En el caso de las criptomonedas como el Bitcoin, su valor no está anclado a nada del mundo físico; vale lo que la gente cree que vale. Este proyecto lo que está haciendo es anclar el valor de los tokens (milcoins) a activos de bienes raíces.”

“Esto tiene varias implicaciones, por ejemplo el Bitcoin incrementó su valor tres dígitos porcentuales en los últimos tres años y eso en una inversión en bienes raíces no puede ser” debido a que el proceso inmobiliario tiene plazos de tiempo más largos.

Otra de las principales preocupaciones del directivo de Volabit es que los inmuebles no están desarrollados, con lo cual los inversionistas tendrán que absorber los riesgos comunes asociados a la construcción de cualquier proyecto, es decir, el tiempo que lleve obtener los permisos de construcción, el desarrollo del proyecto y que una vez listo no existe certeza de su viabilidad.

“No es lo mismo invertir en un bien raíz que ya está desarrollado y que ya tiene un flujo de rentas que hacer una inversión inmobiliaria para desarrollo”, opina.

Steven Swartz explica que los fondos obtenidos con la oferta inicial serán dirigidos a un fideicomiso el cual estudia la viabilidad de las propiedades del portafolio y una vez aprobado “se liberan los fondos a los vendedores. Cuando se consigan los primeros 2,000 dólares se pagará la primera propiedad”.

Las hectáreas disponibles que planean adquirir se encuentran en zonas no urbanizadas o remotas, las cuales esperan adquirir a precios competitivos, explicó en entrevista Eli Seliseo, CEO de LatAm Save the World otra de las empresas involucradas en el lanzamiento de Milcoin y considera una ventaja para su proyecto que el valor de las propiedades conforme avance la construcción incrementará.

Las certezas

Otra de las preocupaciones que externó Tomás Alvárez tras analizar el whitepaper del proyecto es que no es completamente claro el tipo de participación o respaldo que los inversionistas tendrán tras comprar Milcoins.

Ya que considera que no se hace explícito si tendrán derecho sobre la propiedad o sobre las rentas que los proyectos (una vez desarrollados y estabilizados) generen.

En su experiencia los proyectos que en otras ciudades del mundo han intentado utilizar este esquema de inversión no han tenido los resultados esperados, “han fracasado y devuelto el dinero y en otros han fracasado sin devolver nada a los inversionistas”,

Recomienda que en este y en otras plataformas las personas que están considerando invertir deberán asegurarse de que la empresa cuenta con la capacidad técnica y financiera para llevar a cabo los proyectos, así como tener la certeza de un respaldo de su inversión, es decir el título con el que puedan comprobar y legitimar la inversión y así evitar plataformas y transacciones fraudulentas.