El éxito del Plan México, proyecto con el que el gobierno de Claudia Sheinbaum busca mitigar la incertidumbre generada por las políticas de Donald Trump, dependerá de la garantía del suministro hídrico, o de lo contrario, las empresas simplemente no invertirán en el país.
En entrevista con EL CEO, el director de Agua Capital, Eduardo Vázquez, advirtió que actualmente dicha estrategia enfrenta “un riesgo hídrico” que compromete la viabilidad de las operaciones industriales y empresariales en el corto, mediano y largo plazo en diversas regiones de México.
Este panorama obedece a varios factores: años de sequía prolongada, infraestructura insuficiente y una reducción significativa en el presupuesto destinado al sector hídrico. Para 2025, el gobierno asignó recursos por 37,000 millones de pesos, lo que representa una disminución de casi 40% respecto al año anterior.
Todas aquellas organizaciones del sector productivo que tienen el agua como un insumo central para su operación, claramente están valorando este recurso como un riesgo grande y con justa razón por la falta de disponibilidad, por la falta de acceso y por la incertidumbre climática que estamos viviendo
comentó Vázquez.
El especialista enfatizó que el agua es un pilar fundamental para cualquier modelo de desarrollo, ya sea social, económico o comercial. Sin un suministro adecuado, el crecimiento industrial y las inversiones estarán en riesgo, afectando directamente la competitividad del país.
Si no hay agua suficiente, ningún modelo de desarrollo de ningún país del mundo es viable. No está resuelto el tema del agua para el Plan México, en términos de cantidad, disponibilidad y calidad
añadió.

Sin agua, el problema para todos
La escasez de agua ya es un problema crítico para múltiples industrias, desde la manufactura hasta la agroindustria, señaló el director de Agua Capital.
De acuerdo con BBVA Research, más de la mitad del territorio mexicano enfrenta un grave problema de insostenibilidad en el uso del agua.
El sector agropecuario es el mayor consumidor de este recurso, absorbiendo el 67.8% del total.
Mientras que el suministro para uso público, urbano y doméstico representa solo el 14.7%, lo que refleja la presión que la actividad agrícola ejerce sobre la disponibilidad hídrica en el país.
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