Los bancos centrales de Nueva Zelanda, Hong Kong, Filipinas e India son algunos que han seguido los pasos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y han recortado su tasa de interés en los últimos días.
A finales de julio, la Fed bajó en 25 puntos base su tasa -la primera baja en 11 años- y ahora se ubica en un rango de entre 2 y 2.25%.
Una política de interés más laxa, beneficia el consumo y es un motor de crecimiento económico a largo plazo y, con esto la renta variable es uno de los activos que más se beneficia.
Hasta el 31 de julio, los mercados accionarios estadounidenses habían estado de manteles largos.
Las expectativas de un recorte en la tasa de interés y hasta un posible plan de estímulos para reactivar la economía guiaron a los índices estadounidenses como el Dow Jones, el S&P 500 y el NASDAQ Composite a presentar alzas de 15.16, 18.89 y 23.21%, respectivamente.
No obstante, los recortes casi sincronizados en las tasas de interés de varios países no han impulsado al mercado accionario y, en buena medida, responde a la incertidumbre que existe sobre la guerra comercial entre Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, y China.
Es probable que las tensiones entre Estados Unidos y China sean estructurales y persistentes. La perspectiva de una elevada macroincertidumbre sugiere que la apuesta por el dólar probablemente dure. Por el contrario, si ésta disminuyera y el apetito por el riesgo vuelve a los niveles normales, el dólar podría debilitarse
publicó en un reporte BlackRock Investment Institute.
El dólar es junto con el oro y los bonos del Tesoro uno de los activos de refugio, buscado por los inversionistas en periodos de alta incertidumbre.
La presión de Donald Trump de aplicar 10% de aranceles sobre 300,000 millones de dólares de importaciones chinas, a partir del 1 de septiembre, y la respuesta de China de frenar las compras de productos agrícolas estadounidenses y devaluar su moneda -el renminbi- han nublado cualquier panorama del rumbo que puede tomar la guerra comercial.
Si las tensiones aumentan, el temor de que una desaceleración económica más profunda a lo esperado tomará fuerza y robustecerá una idea: mayores recortes en las tasas de interés a nivel mundial.
El potencial de que las tensiones comerciales perjudiquen a la economía de Estados Unidos, solo ha fortalecido la convicción del mercado de que las reducciones de tasas son adecuadas
dijo Vanguard en un análisis.
Vanguard y BlackRock son los principales administradores de activos a nivel mundial.
Por lo pronto, el mercado prevé un nuevo recorte por parte de la Fed en septiembre. Los analistas consultados por CME FedWatch esperan una baja de 25 puntos base, a un rango de 1.75 y 2% y, para finales de año, la tasa puede llegar hasta 1.50%.
Si las tensiones comerciales no ceden y la Fed se ve orillada a bajar su tasa de interés, el inversionista verá su portafolio bajo presión.
Desde el 31 de julio a la jornada del jueves, los índices estadounidenses han caído en promedio 1.63%, el Dow Jones lidera las pérdidas con una baja de 1.81%.
Con la desaceleración del crecimiento y la flexibilización de la política monetaria en gran parte del mundo, se espera que los retornos ajustados al riesgo en los próximos años sean modestos, en el mejor de los casos. En el corto plazo, esperamos episodios de mayor volatilidad en los mercados
dijo en un análisis Jonathan Lemco, estratega de inversiones en Vanguard Investment Strategy Group.