En México, a pesar de la eliminación del IVA en los productos de higiene menstrual, las mujeres continúan enfrentando importantes desafíos económicos, porque las marcas siguen manteniendo precios elevados, lo que ha obligado a que cuatro de cada diez mujeres a recurrir a alternativas menos adecuadas, como el papel higiénico, a trapos o a nada.

En entrevista con EL CEO, Paola Acuña, experta en gestión menstrual, señaló que a partir de un análisis identificó que  “la eliminación del IVA no ha resultado en una disminución notable de los precios al consumidor”.

“Esto implica que muchas mujeres siguen enfrentando gastos elevados para productos esenciales como tampones, compresas y copas menstruales”, comentó.

Una mujer puede destinar hasta más del 10 % de su ingreso mensual en productos de gestión menstrual. Para aquellas en situaciones económicas más precarias, este porcentaje puede ser aún mayor, exacerbando la pobreza menstrual y limitando el acceso a estos productos esenciales.

Esta falta de comodidades durante la menstruación lleva a cuatro de cada 10 adolescentes mexicanas a quedarse en casa, mientras que el 40% recurre a papel higiénico como solución en zonas urbanas. 

De hecho, durante los últimos 21 meses, la inflación anual de las toallas sanitarias ha superado consistentemente el objetivo del 3% establecido por el Banco de México (Banxico).

Acuña también destacó que la falta de infraestructura adecuada y servicios básicos en muchas regiones afecta la capacidad de las mujeres para gestionar su menstruación de manera digna. 

La carencia de agua, jabón y papel higiénico en los baños públicos sigue siendo una realidad, agravando la situación para muchas mujeres.

La especialista también advirtió sobre los riesgos para la salud asociados con el uso de alternativas inadecuadas. “No utilizar productos adecuados durante la menstruación puede llevar a problemas de salud significativos, como infecciones y otros trastornos”.

Sin educación y cuidado ambiental, más retos para las mujeres

Además de lo económico,  la falta de educación sobre el ciclo menstrual es una barrera significativa. 

“Solo el 30% de las mujeres en México lleva un registro adecuado de su ciclo menstrual, según una encuesta de la Colectiva de Menstruación Digna. Esta falta de información puede llevar a una gestión inadecuada y a problemas de salud, perpetuando la desigualdad y la falta de recursos”, comentó.

El costo económico de los productos desechables también conlleva un impacto ambiental considerable. 

Los productos menstruales no reciclables contribuyen a la contaminación por microplásticos y químicos en los ecosistemas marinos.

La transición hacia productos más sostenibles, como las copas menstruales reutilizables, ofrece una solución tanto económica como ambiental. Sin embargo, la adopción generalizada de estos productos enfrenta barreras económicas y culturales que aún deben ser superadas.

“El desafío persiste, y es crucial que las políticas y reformas no solo se implementen, sino que también se aseguren de que beneficien a todas las mujeres, especialmente a las más vulnerables. La gestión menstrual digna debe ser una prioridad para lograr una verdadera equidad y bienestar para todas”, comentó.

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